Existía una bruja y era princesa, que no tenia sonrisa pero si era hermosa, ella era triste y deambulaba decepcionada de la vida, conoció un caballero tan triste y derrumbado, y de un lado al otro juraron ser hermanos, el caballero enamorado de un ángel, hizo coincidir a la bruja con el ángel, amigas entrañables, pero lo hermoso es que de tres pronto fueron cuatro cuando el demonio aquel, creo de la anda de todo lo muerto la sonrisa de la bruja, el caballero era feliz, aunque perdió al ángel, tenía a la bruja y al demonio, paso el tiempo, y tanto bruja y demonio siguieron su rumbo, hacia donde su amor les guiara, el ángel seguía el suyo, y el caballero, nostálgico y tonto, murió extrañando a la familia que encontró, nunca entendió bien si fue su culpa el porqué se fueron todos, tal vez era destino que le recordaba que nunca tendría nada, al final aquellos tres que el caballero recordaba estaba bien y construyendo sus sueños, el caballero se perdió en el suyo, en el sueño eterno, sonriendo y casi feliz, pues aquellos que a quien ama no tenían pesar, de esa forma en su lecho de muerte el caballero, sentía cumplirse su sueño, la felicidad de una bruja, un demonio y un ángel.
Que más daba, que la muerte le besara antes de hacerse polvo
Que más daba, que la muerte le besara antes de hacerse polvo
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