Oscar; Mauricio Ya no tienes a quien poder llamar,
las cosas
no han cambiado de lugar, tu cabeza sigue estando
donde nunca debió estar.
Vives mal a esa
velocidad, cuando quieras ver tu dulce apagar.
Has comprendido lo que has podido y no has sabido
dar.
Perdida la ilusión, te recuerdas
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