Cuando comienza Octubre, con el frio del otoño y el viento que anuncia el invierno, comienzo a reconocer nuevamente las características de una vieja mezcla de sentimientos…sé que soy un año más viejo, para bien o para mal, un año ganado o un año perdido, veces sonrió, otras la mueca triste en mi rostro se forja por días hasta que una vieja corazonada me devuelve el ánimo, no dura mucho, los que me conocen pueden reconocer mi tristeza de otoño. El día 13 se aproxima, pienso al inicio de Octubre, y lloro, esta vez no lo pensé, simplemente espere sereno a que llegara el día y temprano compre las flores favoritas, y las velas, acudí a buscarte a tu nuevo hogar, y me senté a conversar contigo en medio de todos aquellos inquilinos que me reconocen porque en los últimos tres años vistió sin falta las mañanas del día 13 de octubre el panteón dolores, llevándote un poco de mi para que me entreguen algo de ti, a veces fumamos un cigarro o te leo algún poema nuevo que te escribí. Y me siento que soy personaje del cuento “El Estudiante” de Guillermo Prieto.
No me engañare, te extraño y me harás falta el resto de mi vida, el cariño sigue presente, las palabras, los días y el temporal de adversidades, ¿es justo te arrebaten algo? ¿Es justo reclamar lo que por derecho es tuyo? Me lo pregunte muchas veces, días después de tu muerte, tengo que confesarte, que confesar, que no encontré respuesta para ello, me convencí de que no existe tal cosa, y deje de creer en el destino, para fiarme sólo en lo inevitable.
Estas muerta…y me duele, porque de alguna forma, sigo tan vivo como cuando nos encontramos en aquella biblioteca y yo escribía y tu leías, sigo tan vivo como cuando cantamos y bailamos hisperiones, tan vivo como cuando miramos asombrados las películas de Luis Buñuel encontrando los secretos que el otro había descubierto y no descubrimos nosotros mismos, tan vivo como cuando fue tu entierro y recibí tu testamento, y tan así vivo que sigo muriendo, que sigo buscando la muerte en el juego inconsciente de encontrarme contigo, nuevamente, ¿es verdad que los muertos nos guardan un lugar en el reino de los Shides? Yo tengo ahí un lugar, tú y Ramses me esperan y vendrán por mí el día de mi muerte? Sonrió estúpidamente con eso, ojala, por lo pronto tengo una vida que seguir, no puedo defraudarme mas, ni desatar la ira de los que me miran del otro lado, confió en que me extrañas tanto como te puedo extrañar a ti.
Mi sangre siempre para ti…mi adorada Muerta
No me engañare, te extraño y me harás falta el resto de mi vida, el cariño sigue presente, las palabras, los días y el temporal de adversidades, ¿es justo te arrebaten algo? ¿Es justo reclamar lo que por derecho es tuyo? Me lo pregunte muchas veces, días después de tu muerte, tengo que confesarte, que confesar, que no encontré respuesta para ello, me convencí de que no existe tal cosa, y deje de creer en el destino, para fiarme sólo en lo inevitable.
Estas muerta…y me duele, porque de alguna forma, sigo tan vivo como cuando nos encontramos en aquella biblioteca y yo escribía y tu leías, sigo tan vivo como cuando cantamos y bailamos hisperiones, tan vivo como cuando miramos asombrados las películas de Luis Buñuel encontrando los secretos que el otro había descubierto y no descubrimos nosotros mismos, tan vivo como cuando fue tu entierro y recibí tu testamento, y tan así vivo que sigo muriendo, que sigo buscando la muerte en el juego inconsciente de encontrarme contigo, nuevamente, ¿es verdad que los muertos nos guardan un lugar en el reino de los Shides? Yo tengo ahí un lugar, tú y Ramses me esperan y vendrán por mí el día de mi muerte? Sonrió estúpidamente con eso, ojala, por lo pronto tengo una vida que seguir, no puedo defraudarme mas, ni desatar la ira de los que me miran del otro lado, confió en que me extrañas tanto como te puedo extrañar a ti.
Mis confesiones son cada vez más oscuras y siniestras, pero no puedo mentir, comenzando conmigo, se lo que pasa, entiendo como todo cambia aun así, el dolor que existe, se cubre con un manto rojo como las flamas del fénix, mientras termina octubre, se aproximan los muertos, y añoro un encuentro, dos meses, en los cuales puedo hablarte, sentirte con la seguridad de que responderás de que me abrazaras quemando mi cuerpo mortal con la pasión de los muertos. Amor que difícil esa palabra no lo crees, dice una canción de los cure;
Tell me who doesn't love
What can never come back
You can never forget how it used to feel
The illusion is deep
It's as deep as the night
I can tell by your tears you remember it all
Mi sangre siempre para ti…mi adorada Muerta
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