Como, bebo, duermo y sueño dolor.
Ayer acompañé a un niño hasta su tumba; hoy a un anciano.
Veo consumirse a una persona
que he llegado a amar, hermosa como el viento;
y tropiezo torpemente en el pesar que la envuelve.
Me siento con esposos enopequeñas salas de visita,
llenas de humo, analizando tus razones;
con madres deshechas, con hijos consternados.
Tu pueblo murmura en tu contra amargamente;
¿cómo puedo conducirlos?
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