Al poeta sólo la poesía le puede salvar. ¡Si no, ay! Normalmente,
rodeado de amor, de amigos, de rutinas deliciosas, no me doy tanta
cuenta del peligro. Pero basta darse una vuelta por aquí, para verlo
(verse) clarísimo. Nada más que por eso vale la pena… No quiero que
suene dramático, eh. Siempre nos quedará la misericordia.
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