Mátame ya
A veces, medio ebrio con aire despistado me dices que me
echas de menos, yo sin embargo, llevo diezmil ochenta y seis horas
aguantando tras la trinchera de mis dedos la tinta de mi sangre
queriendo salir de mi boca en cada noche absurda que paso sin ti...
Porque cada segundo que paso sin ti me parece absurdo... Saludo a la
profesora de inglés con mi acento de mierda como si fuera una
maravillosa mañana, tras tres horas de mal dormir pensando en ti...
Quedada tras quedada desesperada con
amigos que hagan ameno el vivir con tu ausencia con una sonrisa boba que
se tragan sin rechistar. Cada palabra que te escribo la escribo con
sangre de mis venas, sangre que nunca llega a un río... Sangre que
mezclo con mi cinismo mañanero, con mis ganas de borrarte de mi piel y
de mi alma... Nunca ha dolido tanto un intento, nunca será suficiente
tiempo para despedirme de ti... Cada vez que quiero olvidarte apareces
de entre la nada para volver a hacerte todo...
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