martes, noviembre 28, 2017
Era mi sueño. Pero algo se metió de por medio, y me levanté en plena
noche. Di algunos traspiés hasta que llegué a la nevera. El agua estaba
helada (me ha dado un escalofrío sólo de escribirlo). Intenté recordar
lo que soñaba, porque era donde quería volver. Pero no recordaba nada. Y
me senté en la cocina, apoyando la cabeza en algunos recuerdos gratos
de la infancia, cuando todo era más de día y los sueños no se me
olvidaban. Es curioso, no me puse a leer, pero pensaba en los libros que
leía por entonces. Al llegar del colegio o por la noche, medio a
escondidas. Con el pecho valiente de corsarios y mosqueteros. Esas
historias. O investigando algún crimen despiadado, o un robo muy
extraño. Me levanté, pero antes de volver a la cama, recorrí a tientas
la casa, y salí para respirar la madrugada. Y contemplar la calle vacía,
y el sueño de los árboles, en esa nana en la que les mecía la brisa.
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