martes, noviembre 28, 2017



La lluvia dice un nombre,
lo repite hasta formar un surco.

El mundo gira bajo la lluvia.


Presiento un tatuaje nuevo,
el símbolo de un sueño, indeleble.

Como una sangre nueva que se imprime
durante la noche, durante la lluvia
sobre nuestra piel.


Un misterio nos recorre,
adormece el horror del mundo.

Es como un cielo que retorna
desde lo más profundo del tiempo
a nuestro ser atosigado de dolor.


Todo retorna al principio:
las manos, el viento, los ojos,
los caminos. El miedo es un fantasma,
que se fortalece en el silencio,
en la espera de palabras no dichas,
de posibles nuevas lejanías.


Cuando deje de llover,
habrá pasado un milenio.

Entonces iré a buscar tu marca,
para imprimirla como un viaje sin retorno
justo sobre mi corazón.

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