Me gusta el rojo en el fondo blanco de tu vestido
poco a poco se convierte en magenta
el tono de aquella pieza de lino
y me encanta,
todo ahí es como un sueño
profundo que no te deja dormir
donde juego como si fuera agua
que bebo haciéndome
arder la garganta con semejante licor,
saco el cuchillo de tu vientre
lo introdujo una vez mas,
un poco mas y después,
de repente
lo incrusto en el borde primario
de tu pupila inerte por el espectáculo rojo
que acabas de presenciar,
cuando hablas
me dices; -mas,
ven,
lo sabes es mi turno...