viernes, noviembre 11, 2016

La devoción a las Ánimas del Purgatorio fue una de las más populares y extendidas en la España de los siglos XVI al XIX. La Iglesia Católica considera que los que mueren, sin estar absolutamente limpios de pecado, deben pasar por un estado previo de expiación y purificación antes de ir al Cielo. La estancia en el Purgatorio, al menos en aquellos siglos, era cuantificable temporalmente y podía reducirse mediante indulgencias y méritos ganados en vida o, también, por las oraciones y buenas acciones que los vivos dedicaban a las almas en pena. No era propio de buenos cristianos olvidar los padecimientos de los que habían muerto y tenían todavía que saldar antiguas deudas. Con tal fin se constituyeron cofradías dedicadas a las Ánimas Benditas.
Como el tiempo vuela, nos dribla y se escabulle para no volver (lo que regresa, si es que no viene por vez primera, es siempre un tiempo nuevo), nada de menos vigencia que lo actual; nada como lo inactual tan vigente.
Hay repeticiones en estos dias alguna anécdota. Pero no importa, ¿quién no se reitera cuando a lo largo de décadas es fiel a una misma devoción?