sábado, febrero 07, 2015

El último aquelarre

Esta historia ocurrió hace algún tiempo, en realidad para ti que lo lees ocurrió hace bastante tiempo. Es la historia del último aquelarre que se gestó en Europa.

Hablamos de un tiempo en el que la magia, los hechizos y las maldiciones gozaban de esplendor. Un tiempo donde seres extraordinarios convivian con la raza humana, donde animales como el unicornio eran reales gracias a las brujas.
En este último aquelarre fue donde comenzó el principio del fin de esta gran época. Justamente hablamos del día que posteriormente se llamaría Samhain, día de los muertos o Halloween.

Estábamos todas las brujas reunidas esperando a que se presentara el señor oscuro, Satanás, para llevar a cabo la gran ofrenda como señal de respeto y alianza. Pero no salió como esperábamos y desató toda su ira contra las allí presentes. Hubo muchas bajas y se perdió gran parte de la magia.

Entre las que pudimos escapar, nos refugiamos en cuevas ocultas y nos repatimos por los lugares más insólitos de la Tierra, decidimos llevar una doble vida y ocultar nuestra verdadera identidad. Usamos la magia para protegernos.Sabíamoss que el último lugar donde el señor oscuro buscaría a sus enemigos sería entre sus propias filas. Así que, con la poca magia que quedaba creamos el conjuro para crear el lesbianismo. Al ser consideradas infieles y malvadas por las creencias reinantes seriamos mejor acogidas por las almas oscuras y el camino del mal.

Desde entonces, todos los años aprovechamos esta festividad para rememorar aquel día y conseguir nuevas brujas para seguir creciendo y haciéndonos fuertes para el día de nuestro regreso.
Por un fallo en el hechizo, surgieron lesbianas que no son brujas. Por eso necesitamos comprobar si en su interior duerme la magia. Tenemos que ponerlas a prueba de una forma que no sepan que es magia ni para brujas. Esa prueba se esconde bajo la apariencia de sexo.

Primero tenemos un encuentro a solas con la escogida. Yo personalmente lo hago así. El sexo oral es un preludio, empiezo con unos mordisquitos por las ingles intercalados de lametones por la vagina, para que vaya lubricándose. Según va cogiendo humedad, voy aumentando el placer. Introducirle un dedo en la vagina a la vez que succiono y estimulo el clítoris con la lengua hace que pase a un nivel superior. Le froto uno de mis pezones por su vagina y luego voy poco a poco deslizándome hasta sus pechos y hasta que llego a juntar mi boca con la suya. Según jugamos ambas con la lengua aprovecho una de mis piernas que he dejado entre las suyas para moverla y acariciarle su zona púbica con ella. De vez en cuando aprieto mi rodilla contra su cuerpo para que note esa presión en su vagina. El siguiente paso es ponerme encima suya y hacer un 69. Pero mientras ella me da sexo oral, yo he pasado a mayores y la penetro con uno, dos o tres dedos, según el nivel de excitación que tenga. No le dejo ni un segundo de descanso en sentir placer. Mi objetivo es hacer que llegue cuanto antes al orgasmo. Es la forma de liberar la posible magia que guarda en su interior
Según voy notando como se le inunda la vagina en fluidos y como va dejando de darme placer a mi para retocerse ella y gemir, yo voy intensificando mis movimientos de dedos por su interior. Hasta que con una mano estoy masajeándole el clítoris y con la otra jugando con su punto G. Cuando llega al clímax del orgasmo, me empleo a fondo en darle placer.

En ese momento es cuando hay que aportar un poco de magia para que si alberga magia en su interior se despierte y se desate. Si la tiene el resultado es que nos teletransportamos a la gran cueva donde están todas las nuevas brujas. Ahí, como si de su propia fantasía sexual se tratase, es cuando su magia comienza a desarrollarse, y luchar contra la magia de las otras chicas. El hechizo afecta a su mente para que se liberen de sus perjuicios y sean libres. Mientras luchan sus poderes por ver cual es el más fuerte, para ellas en su mente solo es un juego sexual donde unas sacan su lado sumiso y se convierten en meros juguetes de las que han sacado su lado más dominante. Parejas, trios, harenes, todo sirve, cuanto más ansias de placer, más obtienen. Pueden manejar a las sumisas a su antojo. Estas dominadoras son las candidatas para convertirse en brujas. Cuantas más sumisas sean capaces de tener y de que les den placer, más puntos tienen. al igual que cuanto más perversiones consigan realizar, estarán más cerca de ser una de nosotras. Según sea de fuerte su deseo sexual, así de fuerte es su poder de dominar la magia que hay en su interior.
Al final solo una de ellas conseguirá llegar al fin del camino y convertirse en bruja como nosotras y recordar todo. El resto de mujeres solo se quedará en un sueño de fantasía sexual que han tenido y no recordarán nada más.

Así poco a poco nos estamos reagrupando para volver a ser fuertes, porque más pronto que tarde, nos volveremos a reunir, juntaremos todas nuestras fuerzas, y volveremos a reinar por encima del bien y del mal sobre nuestros dominios que nos fueron arrebatados.