Esta
historia ocurrió hace algún tiempo, en realidad para ti que lo lees
ocurrió hace bastante tiempo. Es la historia del último aquelarre que se
gestó en Europa.
Hablamos
de un tiempo en el que la magia, los hechizos y las maldiciones gozaban
de esplendor. Un tiempo donde seres extraordinarios convivian con la
raza humana, donde animales como el unicornio eran reales gracias a las
brujas.
En
este último aquelarre fue donde comenzó el principio del fin de esta
gran época. Justamente hablamos del día que posteriormente se llamaría
Samhain, día de los muertos o Halloween.
Estábamos
todas las brujas reunidas esperando a que se presentara el señor
oscuro, Satanás, para llevar a cabo la gran ofrenda como señal de
respeto y alianza. Pero no salió como esperábamos y desató toda su ira
contra las allí presentes. Hubo muchas bajas y se perdió gran parte de
la magia.
Entre
las que pudimos escapar, nos refugiamos en cuevas ocultas y nos
repatimos por los lugares más insólitos de la Tierra, decidimos llevar
una doble vida y ocultar nuestra verdadera identidad. Usamos la magia
para protegernos.Sabíamoss que el último lugar donde el señor oscuro
buscaría a sus enemigos sería entre sus propias filas. Así que, con la
poca magia que quedaba creamos el conjuro para crear el lesbianismo. Al
ser consideradas infieles y malvadas por las creencias reinantes
seriamos mejor acogidas por las almas oscuras y el camino del mal.
Desde
entonces, todos los años aprovechamos esta festividad para rememorar
aquel día y conseguir nuevas brujas para seguir creciendo y haciéndonos
fuertes para el día de nuestro regreso.
Por
un fallo en el hechizo, surgieron lesbianas que no son brujas. Por eso
necesitamos comprobar si en su interior duerme la magia. Tenemos que
ponerlas a prueba de una forma que no sepan que es magia ni para brujas.
Esa prueba se esconde bajo la apariencia de sexo.
Primero
tenemos un encuentro a solas con la escogida. Yo personalmente lo hago
así. El sexo oral es un preludio, empiezo con unos mordisquitos por las
ingles intercalados de lametones por la vagina, para que vaya
lubricándose. Según va cogiendo humedad, voy aumentando el placer.
Introducirle un dedo en la vagina a la vez que succiono y estimulo el
clítoris con la lengua hace que pase a un nivel superior. Le froto uno
de mis pezones por su vagina y luego voy poco a poco deslizándome hasta
sus pechos y hasta que llego a juntar mi boca con la suya. Según jugamos
ambas con la lengua aprovecho una de mis piernas que he dejado entre
las suyas para moverla y acariciarle su zona púbica con ella. De vez en
cuando aprieto mi rodilla contra su cuerpo para que note esa presión en
su vagina. El siguiente paso es ponerme encima suya y hacer un 69. Pero
mientras ella me da sexo oral, yo he pasado a mayores y la penetro con
uno, dos o tres dedos, según el nivel de excitación que tenga. No le
dejo ni un segundo de descanso en sentir placer. Mi objetivo es hacer
que llegue cuanto antes al orgasmo. Es la forma de liberar la posible
magia que guarda en su interior
Según
voy notando como se le inunda la vagina en fluidos y como va dejando de
darme placer a mi para retocerse ella y gemir, yo voy intensificando
mis movimientos de dedos por su interior. Hasta que con una mano estoy
masajeándole el clítoris y con la otra jugando con su punto G. Cuando
llega al clímax del orgasmo, me empleo a fondo en darle placer.
En
ese momento es cuando hay que aportar un poco de magia para que si
alberga magia en su interior se despierte y se desate. Si la tiene el
resultado es que nos teletransportamos a la gran cueva donde están todas
las nuevas brujas. Ahí, como si de su propia fantasía sexual se
tratase, es cuando su magia comienza a desarrollarse, y luchar contra la
magia de las otras chicas. El hechizo afecta a su mente para que se
liberen de sus perjuicios y sean libres. Mientras luchan sus poderes por
ver cual es el más fuerte, para ellas en su mente solo es un juego
sexual donde unas sacan su lado sumiso y se convierten en meros juguetes
de las que han sacado su lado más dominante. Parejas, trios, harenes,
todo sirve, cuanto más ansias de placer, más obtienen. Pueden manejar a
las sumisas a su antojo. Estas dominadoras son las candidatas para
convertirse en brujas. Cuantas más sumisas sean capaces de tener y de
que les den placer, más puntos tienen. al igual que cuanto más
perversiones consigan realizar, estarán más cerca de ser una de
nosotras. Según sea de fuerte su deseo sexual, así de fuerte es su poder
de dominar la magia que hay en su interior.
Al
final solo una de ellas conseguirá llegar al fin del camino y
convertirse en bruja como nosotras y recordar todo. El resto de mujeres
solo se quedará en un sueño de fantasía sexual que han tenido y no
recordarán nada más.
Así
poco a poco nos estamos reagrupando para volver a ser fuertes, porque
más pronto que tarde, nos volveremos a reunir, juntaremos todas nuestras
fuerzas, y volveremos a reinar por encima del bien y del mal sobre
nuestros dominios que nos fueron arrebatados.