Estás muerto, asúmelo. No es una metáfora. Acabas de abrir los ojos
pero no estás en tu cama, sino en una fría mesa de metal de la morgue,
en la oscuridad de un ataúd o quizá sobre un charco de sangre en un
callejón. Tu piel está helada y tu corazón no late. Al menos no sientes
dolor. Es hora de que salgas de ahí y busques respuestas. Eres un
Revivido.
Los Revividos son fallecidos recientes que han dejado algo por hacer, algo que seguramente tendrá que ver con la forma en
la que murieron. No se sabe quién o qué les da esta segunda
oportunidad, pero la visita al mundo de los vivos es corta. Tienes siete
días para resolver tu enigma personal. Después de eso... digamos que la
estancia se vuelve complicada.
En las sombras acechan criaturas que, al igual que tú, no son de
este mundo. Seres hechos de tinieblas y pesadillas que cazan a los
humanos o se alimentan de ellos. Si te esfuerzas, podrás verlos. Por eso
mismo no les gusta que estés por aquí. También hay otros, más
tangibles. Carcasas vacías movidas por un hambre insaciable. Puede que
te sorprenda pero en otro tiempo fueron Revividos como tú. Quizá
olvidaron su propósito original o simplemente enloquecieron. No importa,
son igual de peligrosos, así que mantente alejado de ellos.
Permanece oculto. Entre los vivos hay algunos que conocen el secreto y
se enfrentan a lo innombrable, pero si te descubren no harán
distinciones. Confía sólo en aquellos que son como tú. Atesora tu
humanidad y no cedas a los susurros que llegarán a ti desde el Otro
Lado.
Es todo por ahora. No hay turno de preguntas,
descubrirás el resto por tu cuenta. Recuerda, el reloj no se detiene,
así que date prisa