sábado, octubre 21, 2017

Vas a casa esta noche,
a tu casa de invierno,
a tu casa de otoño, de primavera y verano:
vas a casa esta noche,
a tu hogar perpetuo,
a tu lecho intemporal,
a tu sueño eterno.
Duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, amado, en la Roca del aprisco…
La sombra de la muerte
está en tu rostro, amado,
pero Jesús tiende su mano sobre ti;
en la proximidad de la Trinidad
se desvanecen tus dolores,
Cristo está ante ti y la paz está en su mente.
Duerme,
oh duerme en la calma de las calmas,
duerme, oh duerme en la guía de las guías,
duerme, oh duerme en el amor de los amores,
duerme, oh amado,
en el Señor de la vida,
duerme, oh amado,
en el Dios de la vida.
Alguien podría hablarte de amor,
pero yo vengo a demostrártelo,
me gustas triste,
pero deseo verte sonreír,
no había formas mejores de transmitir
lo que es el desamor,
cuando se rompe y no puede ser reparado por más que lo deseemos
siempre habrá algún lugar para bailar durante toda la noche,
esos murmullos
que critican un rostro
unas piernas
en medio de los bares
los tragos y la música pos-punk
allí inclusive en la ciudad
cada una de las calles marcadas con nuestros nombres
como un himno animal
aullado al silencio fantasmal
de las lejanías universales.
nadie hablara de nosotros
no contaran una tragedia ni harán películas
ningún Dios piadoso hará nuestros cuerpos estrellas en el cielo
para que nos ubiquen en el recuerdo de nuestro amor,
perfectos contaminados el uno del otro
cantando y saltando dejando la vida en cada callejón,
¿quien quiere cambiar?
evitarlo es el suicidio de lo inevitable
me encantas feliz,
deseo verte triste,
es un mes corto tan escaso
para darme cuenta que mis ojos no volverán a ver
debajo de la mortaja,
en la que me oculto para no encontrarte
descubrirás que es tu falda
robada de tus caderas,
tal vez te estremezca la perversión de usar tu ropa como bandera,
no es amor es corrupción
de lo bello ante lo podrido de la muerte,
es mi luto
los 40 días que curaran las heridas
el tiempo infinito que hace los viernes un lunes,
preciosos fines de semana sin poetas que elogiaran tus ojos,
quedaran solo mis pintas en los muros,
las canciones que pincho en el bar
todas cada una profanando tu memoria
porqué febrero se presta para contar tragedias
ya que el odio es una forma del amor.