viernes, septiembre 22, 2017

Me extingo
Como una cúspide sin altura
Como el dragón nacido sin fuego
Como un perro sin cuerdas vocales.

Me ahoga
La incertidumbre y el despecho de mi pecho
La cotidianidad de un barrio con viejos mentales
Desconocer el ‘ser’ y pretender descubrirlo sin verlo del todo

Detesto
El cielo perturbable
Lo amo, sólo por existir

Imploro las suaves clases de un entorno cálido
Los abrazos que no di y cuya idea me sostiene

Encontrarme en estado de flotación
Y
Despeñar de pronto.

No saber si la realidad era antes de la caída,
durante o, perteneciente al suelo más humano e infernal.

Alma de ayer, grande e inmortal.
Alma de hoy, negra
...me perece y precede.
Que ha sido de mí, de todo lo que planeé,
nada se cumple y no hay quien pare el reloj,
los días se van y tú no sabes si volverás
y si lo haces para qué, si todo sigue igual.

No te sorprendería, ya no hay nada en mis manos
y todo es tan rutinario, hemos perdido lo que un día
creímos cambiaría lo absurdo de nuestras vidas.