domingo, julio 30, 2017

En un intrincado paraje de Gales un joven cazador topa con tres hermosos jinetes. El joven, emocionado y extrañado, confunde a los perdidos con ángeles, pero ellos le aclaran que son solo "caballeros" y le explican qué son y a qué se dedican. La seducción de la caballería empieza a inocularlo y lo llevará hasta las más aterradoras maravillas del mundo Artúrico. Inicia el Cuento del Grial.
Más allá de símbolos (de la valencia religiosa o esotérica que se desee), para el mundo caballeresco, el Grial significó la queste de lo imposible. El compromiso de buscar, por encima de nosotros mismos y nuestros deseos o necesidades, el testimonio de que se puede empezar de nuevo.
He de recordar los cantos importantes en las historias
aquellas metáforas sonámbulas
andando en el universo
asimilando lo común y convirtiéndolo en lo raro
paralelismo en el absurdo,
poseo el odio hacia mí
pero disimulo en la espiral
soy un farol en fundido en la neblina provocando accidentes
a los hambrientos despiertos en la noche,
chocaran los mundos y los tiempos se extinguirán
y aunque suene esta música hermosa
nadie, nadie, quiere bailar conmigo…