viernes, mayo 26, 2006

A el Angel a la de Fenix

Ella es la muerte
(es mi muerte)

Desde lejos la oigo
La muerte se ha presentado con un interludio agonizante
Un golpeteo fúnebre fatigante
Viene por mí, con su hoz erecta y reluciente
Entro a los profundos valles con mi nombre en su listado
Si toca la puerta dile que aquí no estoy
Ella poco le importa si estoy listo o no
El latir de mi pecho se hace más agudo
El dolor se vuelve más vivo y penetrante
Siento miedo ante la soledad
Lo que es absurdo pues llevo mucho tiempo solo
Se acerca de manera sigilosa
Con un danzar enigmático
La siento tan cerca que no puedo ignorarla
Aquí esta ella es la muerte y estoy enamorado de ella
Tiene el cabello negro igual que sus ojos
Y su piel es sedosa con aroma afrodisíaco
Me estimula mi apetito por el placer
Su silueta escurridiza es simplemente adictiva
El mundo nació en su vientre
En sus guantes se oculta la razón del inicio
Pues su útero es el útero que dio origen a todo
Ella es la muerte y viene por mí
Soy un ermitaño y me encuentro obstinado
Nadie de este lado me extrañara
El más allá me reclama pero no quiero partir aun
No se por que pero me falta algo que hacer
No se que es pero así lo presiento
Miro el crepúsculo posado en el horizonte
Se proyecta en las lejanas aguas el reflejo de los dioses
Si, dioses tan antiguos que ya fueron olvidados
Con tal brumosidad confundo lo cierto con lo imaginario
Me detengo un instante y pienso que tengo un hogar
Un hogar en algún lugar lejano
Y en una parte de este basto mundo alguien
Me esta esperado sabiendo que quizás no llegue
Lamento no poder estar donde mi quieren tener
La fatalidad se avecina sobre mi regazo
Yo abro mis brazos para esperar
Ella es la muerte y siento pasión por ella
Su uñas son dagas punzantes
Es una asesina elegante y me desea
Yo la deseo pero aun no estoy preparado
Se posa en un dosel mientras la ciudad se hunde en el mar
Me confieso en un manuscrito y lo guardo e una botella
Me inclino ante el señor y ruego por mi alma
Escucho ecos de melancolía
Tengo recuerdos del ayer que nunca tuve
Me arrepiento como fuese a cambiar la situación
Dudo de la luz dudo de la sombra
Dudo de mi razón misma
Cuando siento sus pasos pierdo la cordura
Me acerco más a la demencia
Con su cercanía altera mis nervios
Y cada suspirar de ella pone a temblar las aldeas vecinas
Ha su vez ella es pura lujuria
Mi cuerpo arde como el propano con solo mírala
Rindo pleitesía ante su esbelta figura
Le ofrecería un sacrificio solo para poseer su corazón
Pero ella es inalcanzable, es imposible, es intocable
Es la muerte y estoy obsesionado con ella.