lunes, junio 27, 2016

Nos da igual la vida o la muerte si estamos atados con plata y oro dormiremos en los valles custodiados por gigantes las espadas brillaran al alba y la noche misma nos va temer
Fumando y solo en un bar
en el centro en la calle donceles
una chica se sienta junto a mí
esta algo borracha
tienen pantallas con el volumen al 50
están dando un concierto de Bauhaus
la gente de la barra
está disfrutando mucho
hombres y mujeres entre 25 y 35 años
que cantan:
“went walking through this city's neon lights”
lo están pasando realmente bien
piden más pintas de cerveza Bohemia
meten y sacan cajetillas de marlboro del bolsillo de sus camisas
miro las piernas de la chica que está a mi lado
la falda se le ha subido mucho al sentarse
dos piernas estupendas
las miro y las miro
y la chica se reduce a un par de piernas
pero entonces levanto un poco la vista y veo sus tetas
y la chica…
-hey!- dice
no está enfadada pero me hace saber con un gesto que es un poco más arriba
-hey!- digo
me pregunta por lo que hago
le respondo que soy el cantante de una banda de rock en españa
me pide que le cante una canción
-pero es en español- le digo
-no importa- responde
y le canto la de cuando fuimos los mejores de Loquillo y entonces le digo que soy Carlos Berlanga
los tíos de la barra se ríen fuertemente ahora
con ronquido
les faltan dientes
les sobran kilos
me invitas a una pinta de oscura? me atrevo a decir
asiente con la cabeza
va a la barra
la veo esperar su turno
vuelve con mi cerveza
me habla de un trabajo
que hace algo en alguna parte
pero no puedo oír nada
es como si alguien estuviera pasando la aspiradora justo ahí
a nuestro lado
la chica se reduce a un par de piernas
me pregunto si me dejará subir a su casa
si me acuesto con ella
tendré que dejar en buen lugar a Carlos Berlanga.
Derrotado en el suelo clavado con 10 espadas
mi cuerpo tirado en olvido
de una duela de madera roja
mi carne y mi piel
ya ha sufrido demasiado,
está en la cumbre de su dolor
¿qué más podría pasarle?
sin con tan sólo una espada se puede derribar a un hombre
pero diez clavadas sobre mi espalda,
es una agonía que consume
no me sonrió la fortuna y he muerto
no me equivoco conozco ese dolor
tierno beso de filo de espada.