martes, mayo 22, 2012

Renuncio

Renuncio a la magia,

me arranque los brazos y con ellos el don de la diosa

no quiero ver más profecías ni finales tristes

así que apagare mis ojos con plata incandescente,

no quiero sentir a los muertos colgados de mi espalda

quemare mi piel con fuego purificador

no quiero asustarte ni causar daño por eso moriré

en el sacrificio más noble

daré mi vida pro una causa que valga la pena,

quiero la normalidad del bobo

para poder estar tranquilo

cuando eso suceda a lo mejor he dejado de dar miedo

he dejado de ser un monstruo…

y me puedan abrazar y querer por primera vez

sin el temor a que yo atraiga todos los males del mundo.

Decepción

Decepción

Crecí sin saber o enterarme de la vida,

con una sonrisa ficticia porque siempre supe que no sería nada

creyéndome los cuentitos y las historias de héroe

rompiéndolos espejos para no ver el monstruo que se refleja

siempre fui la decepción de mis padres;

el hijo tonto de papa el que no sabe nada,

el hijo inútil de mama que siempre falla,

lastimero niño que ha crecido

enterándose de que su vida es una desilusión

una servilleta varada en el mar.

Veneno

Veneno

Filtro de ausencia veneno lento

el cariño mío que siempre mata

fácil de curar con olvido,

no dejo marcas o recuerdos

hermoso y solitario

distante y misericordioso

un juego pequeño envuelto en el montuoso cuerpo de un gigante bobo

maldito veneno

soy el mal de los males

atado a mí las desgracias

así que exijo la libertad de mi alma

con la misericordia de la muerte

mi muerte la cura de este veneno.

Peste

Peste

Mire mis manos, te traen recuerdos duele como una plaga

que devora la cosecha

trastorna como una enfermedad que asesina a los hijos

soy esa costa vacía que recorren incansables

los pájaros blancos de la muerte

tras de mí una legión de ratas furiosas con la rabia

a comer lo hermoso del mundo

y me cubren los cuervos del infortunio

dejando negro el cielo

peste negra en mi piel,

hedo a miseria a una soledad putrefacta

duele mas serla enfermedad sin cura

un despojo de mensajero de la muerte.

Desde la antigüedad, antes de que los europeos llegaran a la región de Mesoamérica, el peyote ya era utilizado y reverenciado por tribus nativas, tales como los Aztecas, los Huichol de México septentrional y los Navajo del suroeste de Estados Unidos, como parte de su espiritualidad tradicional. Es posible que dichas culturas hayan dejado textos o códices donde expresaran la forma de uso del peyote, sin embargo estos pudieron haberse perdido. La primera referencia histórica de los europeos fue hecha por un misionero; el monje franciscano Bernardino de Sahagún, quien en 1560 escribió sobre los efectos alucinógenos que producía su ingestión. En este trabajo escribió que los Chichimecas fueron los primeros en descubrir y usar el peyote.

A finales de 1800, la tradición comenzó a extenderse hacia el norte, como parte del resurgimiento de la espiritualidad nativa bajo el auspicio de lo que vino a llamarse "Iglesia nativa americana" y cuyos miembros se refieren al peyote como "la medicina", utilizándola para combatir el alcoholismo y otras enfermedades sociales. Esta iglesia es sólo una y la más visible entre las diversas organizaciones que utilizan esta planta en sus prácticas espirituales.