Algunos obituarios son historias de amor. Mientras otros cuentos de dolor. Otros inspiran poetas. Algunos deprimen a los frágiles. Son susurros afilados, son tan intensos que duelen y tan bellos que emocionan, susurran, hablan y recitan lamentos.
Envenenados
Velando la noche,
envenenados.
Sabiendo quien es quien
y porqué lo es.
Así sobrevivimos,
así nos suicidamos,
y así seguiremos,
hoy...
y quizás mañana también.