martes, agosto 08, 2017

Me enamoré de las ondas de su melena,
de aquella caída en libertad sobre su espalda.
Me enamoré de la proporción mágica de su talle
y de cada pierna con su media.
Me enamoré de su cintura
donde la mirada no dejaba de dar vueltas.
Me enamoré definitivamente de aquellos brazos
que florecían en unas manos llenas de galaxias.
Me enamoré como un tonto (el más listo de los hombres
soy yo, porque estoy con ella desde entonces),
me enamoré del colmo de sus labios
que pronunciaron por vez primera mi nombre.
Me enamoré en el acto, y fui directo a sus ojos,
sin que nadie pudiera impedirme el paso.
Allí estaba -y aquí está-, tan perfecta.
Perdón

Perdón por estar aquí y no allí donde puedo mirarte,
perdón por sentarme a escribirte en lugar de ir a buscarte a tu casa,
perdón por llorarte en silencio y no hacerte sonreír,
perdón por haberte encontrado y no haberte sabido tenerte a mi lado,
perdón por ser un monstruo y no el héroe del cuento,
perdón por tener más que letras para poder acercarme a ti,
perdón por nacer en México y no saber convertirme en un ave que cruce el mar inmenso,
perdón por todo lo bueno por todo la malo,
perdón por amarte y necesitarte cuando lo que tú necesitas es realidad,
perdón por tardarme en llegar y no encontrarte hace años,
perdón por la tardanza pero te sigo buscando,
perdón por los buenos momentos y los malos que al fin de cuentas son recuerdos,
perdón por atarte a mi corazón  y no dejarte ir,
perdón por existir en esta realidad y no en aquella que tú anhelas,
perdóname a mí que todo lo que digo es sinceró y sin malas intenciones,
perdón por ser  algo pobre y no poder comprarme un boleto de avión,
pero sobre todo quiero perdonarme yo a mi,
para que esta derrota por ser nada y una ausencia,
no me devoren más.
De algo servirá, algo podría ser útil,
que se yo tal vez una sonrisa tal vez un suspiro, no lo se
no espero tampoco sientas igual…
pero jamás mis palabras están vacías al contrario las lleno de verdad
si te sientes sola, piensa que del otro lado del mundo
un monstruo, algo tonto y loco te quiere
y gustaría de acompañarte hasta el infierno si es necesario,
si crees nadie te quiere, recuérdame queriendo alcanzarte
en la necesidad de un afecto sincero,
estas letras mudas no alcanzan a describir el cariño,
ámame a mi aunque que no soy la mejor opción
sin dinero, o talento, ni siquiera guapo,
pero es real el sentimiento y es tan sincero
aunque nunca te merezca….
cuando estés mal y hundida
recuerda que yo a ti te busco
aunque de nada sirva aunque no sientas lo mismo
tal vez una sonrisa, un suspiro o recordarte la esperanza
pueda nacer si te acuerdas  de que existe en el mundo alguien que si te ve…
Naranjas son las llamas de las fogatas
y oscuras la ramas de los arboles en la noche
mundo distinto y perfeccionado,
mundo diferente distanciado
mar lejano e imposible…
estúpido espejo que me acorrala
lávame lluvia estos pecados, denuda esta mi alma esperando paz,
insuficientes y torpes mis palabras jamás son suficientes
¿cómo hablar y comprender?
¿cómo actuar y demostrar que el sentimiento es real e importa?
¿cuál es la magia para conquistar la estrella
y ser el campeón en este mundo?
¿que necesito para destruir a la soledad y sonreír?
mentiré y diré que todo está bien
me creeré la mentira y contare la vida que a nadie intereso,
bailare para no detenerme, ahuyentaré la muerte con el movimiento de mi cuerpo
y te diré te quiero  esperando no te olvides
que un momento en este mundo me convertiste en voz y no silencio
que tú fuiste luz de esperanza y resurrección.
habrá que morirse un poco
esta noche,
tal vez mañana
seamos el reflejo de lo que el sueño quiso que fuéramos,
o tan solo el suspiro de la soledad que acaricia mi piel,
que rico sabe el dolor de la vos que dejo de mencionar el nombre,
que dulce es la agonía de convertirte en la ceniza del recuerdo mas ingenuo
si un día no despertamos
no olvides
que parte de mi alma se la entregue a los diablos
para que te concedieran un momento de sonrisas
claudique a mi Fe y mi esperanza, lo pierdo todo
por invocarte en las manos de Mefistófeles
bebiendo el castigo
con orgullo,
el orgullo de morirme con un poco
de felicidad
aunque fuera una mentira vil
del destino.
Caballero,
cabalgas por la noche
esperando
encontrar a tu princesa
en alguna esquina;
sosteniendo una guitarra
escribiendo versos de muerte,
esperando la llegada
de aquel
que la conducirá a su
tumba…
Quiero un desierto donde la tierra cuente historias un mundo libre donde pueda llevarte cuando te robe, para que con el tiempo aprendas a quererme
Para los nos creyentes y para los creyentes también, para todos, nos quedan nuestros propios recuerdos. Hechos a imagen y semejanza de Dios, nuestra memoria tiene ese mismo poder salvífico. Que se lo pregunten a Jorge Manrique: ''Dejónos harto consuelo,/ su memoria''. Esto, estos días, lo estoy viviendo como una exigencia, no sólo nmemotécnica, sino de finura de espíritu y de limpieza de corazón. Debemos estar a la altura de nuestros recuerdos, sosteniéndolos. Cuánta vida depende de la nuestra.