viernes, octubre 05, 2007

Epilogo al poemario ...estoy muerto...


A veces me gustaría poder decir mas cosas acerca de mi pasado, en realidad no recuerdo nada, hablo de mi niñez, hablo de cuando era adolescente, pre púber y andaba en la preparatoria, época donde mucha gente que conozco, se recreo y reconoció en un grupo de gente, a veces extraño no poder haber estado en el lugar correcto, es decir, nunca tuve un amigo, de verdad hasta muy tarde el primero de ellos y el único por mucho tiempo. Siempre fui una clase de extraño, el pequeño renegado, en realidad jamás tuve contacto con mucha gente, ¿para que? siempre estuve acompañado de una jovencita, que me susurraba en las noches cuentos, y me recordaba estar en casa, si en casa, ese lugar, oscuro lleno de antorchas y polvo, un lugar frió con estandartes y grandes pasillos, siempre jugaba y corría, recuerdo a veces el cielo nocturno a veces las carcajadas que tenia, siempre estuve entre libros y juguetes, algunos que yo mismo modelaba y creaba con plastilina, tardes enteras me la pase haciendo figuras para crear mundos, entre caballeros y mounstros, no se que tan raro. que tan antiosociual fui, ahora supongo sigo siendo aun mas antisocial con la diferencia que ese niño dejo de ser niño a muy viejo, incluso yo siempre digo que jamás fui joven o niño, siempre la soledad me cautivo y llego a terminar conmigo, ahora puedo decir que conozco lo que es la compañía porque entiendo a la soledad, creo eso ha sido lo que me ah conducido a mi pensamiento de muerte, no lo se, pero desde temprano, desde niño jugaba y alguien moría, inclusive en algún momento que jugué con niños alguno de ellos moría, o tenia que morir, después de un tiempo nadie quiso jugar conmigo, creo no entendía a la muerte en ese tiempo, pero era parte de mi, ahora no la entiendo y parece me he enamorado de ella, la busco y la espero, a veces recorrí cementerios para buscar historias y escribirlas en cuento, hable con algún muerto y jugué con los gatos, los fantasmas dejaron de sorprenderme muy tempranamente, aunque jamás me dejaran de asustar uno no puede lidiar con el hecho de que algún espíritu se aparezca, me senté entre las tumbas y a veces dormía y soñaba que estaba muerto y el cementerio era mi hogar, no se, soy raro un loco, un perturbado que importa la gente me exilio al olvido, con mis rarezas y peculariedades, así como cuando voy y tomo fotografías en el cementerio no sin antes pedir permiso a sus habitantes y pagar mi peaje de tres monedas, así como no jamás pisar una tumba y no molestar a los gatos, o como jamás dejar de saludar aun perro negro que pase en la calle, será que cada día me convierto mas en un desquiciado, un enfermo obsesivo con la muerte, y puede sea raro pero no soy ni un gótico, o un dark nada de eso no me puedo clasificar en ninguna de las subculturas, ni siquiera en los estereotipos mas necrometaleros que existen, pues el metal no es una música que me guste mucho, y me hace reír al gente que trata de encasillarme y se esfuerza por justificar como soy con la idea de una insalubridad mental, aunque me guste el negro y mi aspecto me haga ver un metal fan, sin duda solo un tipo raro, un muerto que camina en las calles, un muerto en vida sin nombre o camino certero, olvidado y perdido en este mundo, que será no lo se, solo puedo decir que en algún momento fui alguien, tenia nombre, y todo lo que sabia, lo que se, y lo que conozco tenia un sentido propio una razón de existir, por primera ves no era locura o manía, era algo de mi, que me hacia peculiar, era también un caballero, y un guardián, era alguien real, y eso me alivio el alma, eso me hizo estar vivo por primera vez, ahora vuelvo a ser el muerto, el tonto y el raro el obsesivo, aquel que no tiene nombre, soy lo que soy y lo acepto, tal ves por eso escribí este poemario, para sentirme un poco vivo, para recordar los días de gloria cuando mi nombre era dictado y hacia estremecer el tiempo cuando podía, cuando me sentía, cuando era un hombre vivo, tal vez pretendí robarle un ángel al destino, ganar la eternidad, no se, o será que el simple echo de tratar ganarle al destino me hizo pecar de arrogante, que será importa, ahora, cuando eres un cadáver, y has recibido la muerte en vida, cuando la soledad de te a abrazado y se disfraza de tu amante y hace palpitar tu corazón devorando la carne, esperando a melancolía para que termine con la poca cordura que tengo, estoy muerto lo se, estoy solo lo se, y eso nunca cambiara, talvez cuando regrese a casa, y pueda ser un raptor de la eternidad…

Quizás es eso

soy un ladrón de eternidad

y en eso estoy.

1 de Octubre del 2007,

se aproximan las fiestas de los ancestros,

vienen las vísperas de muertos

México DF Sabbhat