domingo, febrero 20, 2011

Tus ganas me tienen

precioso ruiseñor

atravesando el mar de los Sargazos,

en mi libertad

construida como un sueño

digna de Lais bretones

que rompieron la realidad

clavándose en un cuerpo convaleciente

en su soledad sin significado,

el viento de tu viaje,

tu canto despierta al sol

como una realidad sin aspecto

que se forma en mis manos.

La crisis que puede contener mi cuerpo

es esta putrefacción de momentos,

contrincantes en la dicótoma de la vida

¿amar a la muerte

o enamorarme de la vida?

me quemare, me quemare, me quemare

para que el cuerpo sea humo y cenizas, polvo a la tierra humo al cielo

dónde el paraíso me abrace paganamente

dónde mi madre tierra me bese el pecho

atado a la muerte,

pobres huérfanos

niños inocentes como yo

ingenuos sacrificados en el tiempo y la convicción de mundos mejores,

duelen las llagas,

duelen los clavos,

duelen los pulmones,

duelen las manos cortadas y lo ojos devorados por los cuervos,

paz, un poco como regalo póstumo al sufrimiento

mas extravagante,

¿puedes reconocer mis gemidos?

antes cantaba como poeta,

ahora sólo chillo

pidiendo el rescate de mis ausencias,

terribles cantos paganos como conjuros

para evitar mi cuerpo estalle

lagrimas, inciensos y plumas de gallo negro,

los venenos no pueden dañar a este corazón adolorido

más de lo que quisiera...más de lo que se merece...

me convertí en una solitaria criaturas de dos patas

buscando la mitad restante

en la muerte,

aficionándome a la vida con el resplandor de una sonrisa fingida.

Adelantada con esa sonrisa de criatura malcriada

sales desde mis sombras

desgarrando los rincones de mi cuerpo

tan tristes y perdidos,

esta posesión tuya podrá no aguantar mucho si le abandonas,

la vida sabe a insatisfacción endulzada con miel,

deberías vaciarte para que yo te llene y no sólo sea un figura del este

a otro lado del espejo rompiendo cada cristal que se reconstruye con un parpadeo

en el agitar de las alas del colibrí,

un movimiento basta

para hacer explotar el universo,

ya te lo dije ayer,

que este dolor se soluciona con el elixir sabor

a almendras amargas,

ese sabor prenupcial con la mortaja te hará libre,

pequeño patrono de los lastimeros

¿no es acaso la mejor muerte?

ni siquiera la muerte ritual con la fuerza de tu brazo abre el portal

que enciende la flor de la primavera,

que el fuego siga brillando para todos.

La última vez que te vi acabábamos de partirnos en dos, tú me mirabas, yo te miraba tenias un porte tan familiar que no pude reconocer, porque tenias sangre en la cara y yo tenía sangre en los ojos, pero juraría por tu expresión que el dolor en el fondo de tu alma era el mismo que el dolor en el fondo de la mía