sábado, octubre 16, 2010

rosarios tatuados

Como pequeños rosarios tatuados en las muñecas,

corre la sangre marcando misterios en la piel

ciento y veintisiete rezos

tres plegarias

sobre la ostias consagradas en el paño de mi sangre,

siempre volverán las aves que se marcharon en el invierno

tal vez en forma de suspiros

recordándonos

que la lucha termina con una lapida grabada con el nombre

que fuimos conocidos

preciosa esa memoria del mundo para olvidarse de la carne

dejando lo despojos en forma de huesos

sólo el amor permite creer en que la muerte conduce a un Más Allá

nadie está muerto del todo si otro continúa amándolo.