miércoles, agosto 24, 2016

Con todos los ojos ve la criatura
lo Abierto. Sólo nuestros ojos están
como vueltos del revés y puestos del todo en torno a ella,
cual trampas en torno a su libre salida.
Lo que hay fuera lo sabemos por el semblante
del animal solamente; porque al temprano niño
ya le damos la vuelta y le obligamos a que mire
hacia atrás, a las formas, no a lo Abierto, que
es en rostro del animal es tan profundo. Libre de muerte.
A ella sólo nosotros la vemos; el animal libre
tiene siempre su ocaso detrás de sí
y ante sí tiene a Dios, y cuando anda, anda
en la eternidad, como andan las fuentes.
   Nosotros nunca tenemos, ni siquiera un solo día,
el espacio puro ante nosotros, al que las flores
se abren infinitamente. Siempre hay mundo
y nunca Ninguna Parte sin No: lo puro,
no vigilado que el hombre respira y sabe
infinitamente y no codicia. Cuando niño
se pierde uno en silencio en esto y le
despiertan violentamente. O aquel muere y es esto.
Pues cerca de la muerte uno ya no ve la muerte
y mira fijamente hacia afuera, quizás con una gran
    mirada de animal

Rainer María Rilke
Elegías de Duino
Elegía VIII, extracto
El fin de los tiempos,
la primera señal fue la plaga de libélulas
la segunda, la invasión de los gallos que cantaban día y noche
después los fatales efectos de las bebidas carbónicas
Soñaba con signos en el cielo,
antes del amanecer salía a recorrer
la ciudad bajo el ensordecedor rugido
de los helicópteros, las farolas seguían encendidas
pero el azul tinta nocturna había desaparecido,
sustituido por el extraño color de las burbujas...
el último día, me compre un perro y lo llame exterminio...
Úngeme con un beso,
y seré rey -tu rey-, y poeta.
Úngeme el cuerpo de caricias,
y haré tuya toda mi ternura.
Únge toda mi vida de ti,
para salvarme de mí, y ser libre.
Quisiera cerrar los ojos y así suprimir temporalmente lo físico. Escucharte, tan solo escucharte. Que me hablas con esas palabras tan rebuscadas que usás, las que tan lejos me llevan, las que siempre siempre me alucinan. Que, en el momento indicado, cuando crestee la ola de sensaciones, me toques; me seduzcas, me acaricies. Que me saques la remera y después el pantalón. Que con tus dedos bajes sutilmente. Que, después de seducirme, después de desnudarme de alma me desnudes de cuerpo. Que me lleves a las partes más húmedas del paraíso.
Al menos el lenguaje no me engaña. Cuando "lo paso bien" tengo una aguda conciencia de que lo paso, esto es, de la fugacidad del tiempo en fuga irrevocable...
He de aprender a vivir con eso, todavía. Y a disfrutarlo. Este verano estoy teniendo mucho campo para entrenarme, por fortuna. Como Leonor está de vendimia, con unos horarios de emergencia nacional, me ocupo yo mucho de los niños. Y qué bien, de verdad, me lo estoy pasando. Tanto, que ya dobla el verano su última esquina.
Ayer, a cuenta de todo esto, se me ocurrió un apotegma que no valdrá mucho como poesía, pero que sí sirve para cerrar el próximo tomo de mi diario, que estoy preparando estos días, y por eso, perdón, tanta intermitencia en Rayos y truenos. No consigo estar, a la vez, mirando atrás, corrigiéndome, y hacia adelante, avanzando. Ya me pasó las otras veces: o recopilo o esparzo. Pero me despisto y me voy por las ramas. Mi lema es éste:
Como de la vid el vino,
de la vida viene el himno.
La muerte así desde siempre objeto de reflexión y especulación para el hombre de todas las culturas a través de las manifestaciones rituales artísticas filosóficas podemos intuir cuál era la relación de las diversas culturas con tal fenómeno Ing ineludible y que consuma menos INEM ineludible informa la muerte integrado en las creencias religiosas el Suso y la relación del hombre con la muerte es una determinada cultura a través de sus textos nos lleva a mí ni mis tíos son unos de influencia interacción esto es especulación es con los pueblos que estaban en contacto en una determinada área geográfica lo que nos ofrece una riquísima información acerca del complejo de complejo desarrollo mi chico y ritual vamos en el Mediterráneo y regiones limítrofes de la antigüedad
Autoestima vs. Autocrítica
Es un combate trabado, confuso, marrullero, como demuestra la paradoja de que yo esté tan satisfecho, ay, de ir a muerte con la autocrítica.
Escondemos la victoria bajo la bandera amarga de un envejecido reloj,
La frontera elástica de nuestra patria abstracta deshoja los planetas,
Ahora sé: yo soy el triunfo en una estrella inconsolable del fin del mundo.
La corona de la victoria ha perdido toda su intención circular
se alinean sus perlas y gemas en mi brazos.
Aquí nadie ha olvidado que la derrota es un ojo que cae en una profunda oscuridad.
Donde diablos estés, espero mi recuerdo te invada cada noche y rompa tus ventas, confieso que yo no te he olvidado y me gusta regresar siempre allí dónde soliamos gritar, a pesar de lo mucho que nos dañamos no dejas de ser mi mayor recuerdo, yo y mis putas ganas de seguir el show, que masoquista ¿no?, hubiera deseado jamás subir a ese taxi en el cual subimos juntos y bajamos por separado, si hubiera sabido que aquella sería la última vez que nos veriamos no tu hubiera dejado bajar jamás, hubiera sido nuestra noche eterna...
Hada... donde quiera que estés y si me llegas a leer, gracias por ser mi 1999, una pequeña broma en la distancia