miércoles, mayo 20, 2020

Walt Whitman – 1819/1892 – nos regaló el fantástico poema Carpe Diem que apetece releer antes de entrar de nuevo en la vorágine diaria… Una invitación a vivir el presente, y a dar el primer paso para repensar nuestro camino y convertirnos en protagonistas de nuestra propia historia.  Actúa como si hoy fuera tu último día, respetándote y respetando a los demás.

 

 

 

 

 

 

Aprovecha el día de hoy.

No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,

sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el

derecho de expresarte, que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario…

No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar al

mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.

Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es desierto y es oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra

propia historia.Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Y tú

puedes aportar una estrofa…

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el

hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un

silencio espantoso. No te resignes, huye…

“Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo”, dice el poeta;

valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las

pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.

No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la

vida en un infierno.

Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.

Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin

miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se

alimentaron de nuestros “Poetas Muertos”, te ayudarán a caminar por

la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros, los “Poetas Vivos”.

No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas.

¿Por qué alzas los ojos para retener en tu retina los sueños del sol?

Ellos siempre se desvanecen, como la niebla que planificaron tus pestañas

para ocultar el esqueleto brillante de la luna que busca atemorizar al sol.

Tus manos como copas inmensas reciben la mañana,

cuya luz insoportable te delata,

Y te impone el eterno juego de la resurrección.

 

Ahora puedes abrir los ojos,

La oscuridad en retirada se oculta en los bordes de tus sábanas,

Sabes que el sol soñó contigo y que sus sueños se cumplirán.