domingo, julio 10, 2011

Yo amo las letras el cine y la música, en el orden que sea, mi vida no se entiende sin ello, bailo me gusta pero bailo feo, la bachata es riquísima y el jazz ya no me gusta, la danza contemporánea me gusta solo si es interpretativa, creo es una destreza artística sin igual, hacer poesía con el cuerpo, comer adoro comer, lo que me gusta, porque melindroso soy, algo que nunca dejo de hacer es escribir...

El Jazz me aburre, me harta, me hostiga y me deja con tensión sin sabor, no puedo explorar en pasiones con el jazz, que no me gusta comer, sopa ningún tipo de sopa o crema.

Lamentablemente el Jazz, me recuerda a los elevadores, a los carruseles y a películas porno, la verdad no se qué tan subjetivo sea mi disgusto al jazz, aunque me gusta el jazz cuando lo fusionan con otros ritmos y crea un complemento, prefiero el blues.

Las pastas amo las pastas, el martes hice lasaña me quedo decente, escribo, veo películas y escucho música, leo, vivo pobremente de dar clases de literatura y religión medieval y de unas regalías de un libro de texto que jamás me pagan, a veces trabajo en una empresa de producción de audio y video, como asistente de edición, pero necesito ya un trabajo estable que me dé más dinero, mi cámara está descompuesta necesito repararla, para hacer mas fotos y comenzar a hacer fotos de bandas y modelos, me encanta el mundo de la moda, lo fashion y lo chic.


Creo que dentro de mis vicios no útiles, el café y el cigarro son los reyes, adoro el café en todo tipo bebo mucho café a diario sin falta, y fumar bueno simplemente me encanta, comparto ese gustó por los puritos de vainilla no sé si conozcas los blackstones, son geniales mi marca.

Vivo muy cerca del Centro, a menudo, salgo a centro, café, cigarro, caminata, beber, amigos, etc, últimamente deseo no estar en casa y salgo, aunque salgo poco, y cuando quiero salir no quiero regresar a casa, yo fumo, a veces fumo bastante, sobre todo cuando ando de fiesta me da por fumar, ahora tengo antojó de un cigarro, y un cafecito, cae una tormenta digna de mejores causas, y hace un frio delicioso, me encantan los días frises, llenos de nubes y con ese aire frio clásico de otoño, el centro del DF en días así es poético, fuera de que pareciera una nostalgia, es un recuentro con uno mismo, la lluvia te invita a reflexionar, mirando la arquitectura de la ciudad, es que te encuentras con los mexicos el prehispánico, el colonial y el moderno. Una de las esquinas que mas me gustan está compuesta por una cabeza de serpiente emplumada en la base y el edificio es colonial y arriba esta un semáforo, creo eso define perfectamente el centro de el DF, simplemente me encanta.