aguantarme el alma.
Ni el deseo
unánime de los sentidos.
Arrebatado la miro,
tan bella,
como recién creada.
Y la transmiro,
y alargo mi mano, y mi vida.
Todo, lo que sea,
por una simple caricia
de esa rosa morada.
tan bella,
como recién creada.
Y la transmiro,
y alargo mi mano, y mi vida.
Todo, lo que sea,
por una simple caricia
de esa rosa morada.