domingo, noviembre 13, 2016



Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos, que los hervientes étnicos montes manan, gobernador e veedor de los tormentos e atormentadores de las pecadoras ánimas, regidor de las tres furias, Tesífone, Megera e Aleto, administrador de todas las cosas negras del reino de Éstige y Dite, con todas sus lagunas y sombras inferna les, y litigioso caos, mantenedor de las volantes harpías, con toda la otra compañía de espantables y pavorosas hidras ; yo, Celestina, tu más conocida cliéntula, te conjuro por la virtud y fuerza destas bermejas letras, por la sangre de aquella noturna ave con que están escritas, por la gravedad de aquestos nombres y signos que en este papel se contienen, por la áspera ponzoña de las víboras, de que este aceite fue hecho, con el cual unto este hilado, vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas, y con ello estés sin un momento te partir, hasta que Melibea con aparejada oportunidad que haya lo compre, y con ello de

tal manera quede enredada, que cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición. Y se le abras y lastimes del crudo y fuerte amor de Calisto, tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí y me galardone mis pasos y mensaje; y esto hecho pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con presto movimiento, ternásme por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes y escuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre, y otra y otra vez te conjuro, y así confiando en mi mucho poder, me parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto.
siempre sueño que la muerte viene a buscarme y trae entre sus vestidos, un violín negro envuelto en mi mortaja, detrás de ella los perros del infierno que aullaran mi deceso, esta noche es ideal para morir, no tengo nada, no tengo un motivo, ni soy el motivo de nadie, las deudas que me devén no importan y no tengo deudas... es la noche perfecta, las cuerdas de violin, suicidan mi mortalidad.
Me he despertado tan dormido que me he hecho el café con una cápsula de descafeinado.
[PS.- La maldición de la rima, que salta en la prosa y se esconde en el soneto. Ahora he de elegir entre "Me desperté" y "café" o "despertado" y "descafeinado". Elijo esta última, para que el eco atestigüe que estoy dormido.]
Melusina son justificables los fenomenos naturales con tu presencia
Tus piernas —me ha dicho un médico forense—
no dejan de ser una necesaria relación
de huesos
y músculos envueltos por la piel
como un paquete de regalo.

Qué visión tan lamentable de un prodigio.

La misma que sobre la poesía tienen
algunos críticos literarios.
No soy si quiera un poco partidario de ese pueril deporte, ni me entusiasman los deportista que lo practican, los colores y banderas que portan, ni las nacionalidades, simplemente el futbol, no me va, me aburre, pero entiendo la importancia de este juego para la selección Mexicana de futbol, este pase al mundial es muy importante, simplemente los factores económicos de los cuales depende este partido son cruciales para México; si no se han enterado, en época de mundiales o de temporada de futbol, el crecimiento en el consumo de en ciertos productos aumenta, además de las tantas promociones en tiendas departamentales y otro tipo de locales, organización que se hace con tiempo de anticipado, lo cual no se puede tirar ala basura así de fácil, además otros comercios como puestos de periódicos, fondas restaurantes, o las mismas agencias de viajes, es un fenómeno interesante este de la economía y el futbol. Así que hoy espero México gane, y desquite el apoyo que le dan a esa lamentera selección mexicana de futbolistas.
Vas a casa esta noche,
a tu casa de invierno,
a tu casa de otoño, de primavera y verano:
vas a casa esta noche,
a tu hogar perpetuo,
a tu lecho intemporal,
a tu sueño eterno.

Duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, amado, en la Roca del aprisco…
La sombra de la muerte
está en tu rostro, amado,
pero Jesús tiende su mano sobre ti;
en la proximidad de la Trinidad
se desvanecen tus dolores,
Cristo está ante ti y la paz está en su mente.
Duerme,
oh duerme en la calma de las calmas,
duerme, oh duerme en la guía de las guías,
duerme, oh duerme en el amor de los amores,
duerme, oh amado,
en el Señor de la vida,
duerme, oh amado,
en el Dios de la vida.
Como, bebo, duermo y sueño dolor.
Ayer acompañé a un niño hasta su tumba; hoy a un anciano.
Veo consumirse a una persona
que he llegado a amar, hermosa como el viento;
y tropiezo torpemente en el pesar que la envuelve.
Me siento con esposos enopequeñas salas de visita,
llenas de humo, analizando tus razones;
con madres deshechas, con hijos consternados.
Tu pueblo murmura en tu contra amargamente;
¿cómo puedo conducirlos?