Hoy necesito un amigo,
alguien que pudiera sostenerme un poco
o arrastrar mi cadáver a la tumba que hace años construí para mantener mis despojos
seguros en un lecho de flores blancas,
no me atrevo a decirle a nadie que necesito ayuda
tengo miedo de perder a quien quiero
con mi obstinada pregunta
aun recuerdo tus pasos en el pasillo de la facultad
esa mañana que acudí a una palabra,
y tu respuesta con el silenció de la enunciación
como atreverme entonces a siquiera levantarme
y pedir algo no quiero compasión
ni quiero lastima,
no quiero una sonrisa ni necesito mas lagrimas
pero me gustaría volar
para caer en el mar de los sargazos
descalzo y desnudo en el frio de la noche
envuelto en estrellas,
debería tener 15 años u 80
iniciar o terminar me da igual no quiero este momento
no lo merezco, no me pertenece
así como el dolor es tan egoísta
tan perfectamente clavado dentro de mi corazón
se que merezco un poco de paz
la paz que la muerte te otorga o la que encuentras en una mirada cómplice
me arrepiento de no haberme quedado en la casa de dios
en el claustro donde pude ser salvado,
donde tal vez pude haber sido salvado,
esta juventud que te hace idiota y te permite creer que existen soluciones y alternativas,
solo el fuego que lo purifica, solo el amor y el sacrificó te salva,
debería, arrojarme a los brazos de la virgen y arder en el fuego de la mirada de dios
antes que me pudra como un mortal llorando sus sueños,
se que no estoy en la posición de pedir ayuda
ni que nadie podrá salvarme
soy una causa perdida
con rumbo a un abismó parecido a el limbo,
peleare un lugar en el cielo o en el infierno
intentando la mirada de dios me descubra
en la más pura de las redenciones,
lo siento, necesito pedir perdón
por todos los siglos, por creer que podía conseguir una sonrisa,
una mirada, un abrazo,
no soy quien para pedir algo
sólo estoy aquí para ofrecer la ayuda que necesiten
ni soy un mártir, ni un caballero, ni soy bueno,
porque mi causa es volver a casa al reino de la muerte
donde sea perdonada mi alma pagana,
mi desdichado cuerpo que traicionó siglos
atrás su fe y su lealtad,
hoy un monstruo arrodillado frente a un atrio y ofreciendo en el agua bendita su sangre,
exclama un aullido de desgracia,
sufriré más me sentiré mas solo
no podre ni siquiera contarlo
porque mi castigo será siempre el silenció de esta soledad sin significado.