sábado, marzo 10, 2018

Estoy aquí frente a la vida, pidiendo un trozo de la alegría que se le regala a los idiotas, me encuentro mirando el infinito y a veces me siento frente a tu tumba en el Dolores y re leo el testamento… sonrió en breves espacios mientras lloro, aferrándome a lo que dejaste al final de la caja de pandora, "la esperanza" y quisiera hacer esos hechizos de brujas y volar, volar, para buscar más allá del mar a la loca, pero estoy condenado a sucumbir en este mar de los sargazos….
Respirar. Y escuchar
mi nombre desde su alma.
"Ven", dice. Y voy. Y se abraza
a mí con toda su boca.
Y rezo su pelo, y su espalda...
Y me enredo en su talle,
y aspiro su pecho.
"Ven, no te vayas".
Y aprieto su alma, y suspiro
profundo su vida: en la mía.
Me quedo con ella.
Y deletreo su cuerpo:
del tacto al verso,
y del verso al idioma de sus ojos.
Estamos los dos dentro
del gran poema que es la vida.
Su vida es mi vida.
Respira en lo que respiro.
Respiro en lo que suspira.
Sólo nos queda el amor.
Cansados de todo. Los dos,
refugiados en un beso.
(...)
Alivia mi alma, haz que sienta que tu mano está cogida de la mía, haz que sienta que la muerte no existe porque ya estamos en verdad en la eternidad, haz que sienta que amar no es morir, que la entrega de sí mismo no significa la muerte, haz que sienta una alegría modesta y diaria, haz que no te indague demasiado, porque la respuesta sería tan misteriosa como la pregunta, bendíceme para que viva con alegría el pan que como, el sueño que duermo, haz que tenga caridad hacia mí misma pues si no, no podré sentir que Dios me amó, haz que pierda el pudor de desear que en la hora de mi muerte haya una mano humana para apretar la mía.
(...)

Clarice Lispector.
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tendrías que ser un monstruo, para comprender, como es que el olvido mata, que la ausencia daña, y que eso es muerte en vida, porque siempre los mounstros somos a quien mas mal le va, por feos, por raros, por diferentes, esta soledad sin significado