martes, abril 09, 2019

Ven y sígueme; y pon a todos los Espíritus sujetos a mí: para que todos los Espíritus del Firmamento y del Éter, sobre la Tierra y bajo la Tierra; en tierra seca y en el Agua, del Aire en remolino y del Fuego que embiste, y cada Palabra y Azote de Dios deben ser obedientes conmigo
No hay cuidado
Dicen que el hombre es lo que calla
y yo no callo nunca.
La mezcla mete miedo:
¿no estaré deshaciéndome a golpes
de transparencia y autobiografismo?

Pero –para decirlo todo− no hay cuidado.
Mi secreto
al contarlo
da paso a otro secreto
y a otro secreto cada vez más hondo.
Siempre queda algo –no sé qué− que no se alcanza.
Será eso lo que soy.