En este contexto surge una figura temible que parece ser una combinación de todas las brujas mitológicas y literarias anteriores, dado que simula evocar la descripción que Virgilio hace de Hécate en su célebre Eneida.
La Bruja Erictho o Ericto
La Bruja Erictho o Ericto
Erictho (o Ericto) vive en Tesalia, el país clásico de la brujería, y
allí es consultada por el hijo de Pompeyo la víspera de la batalla de
Pharsalus (48 a.C).
Esta horrible hechicera tiene enormes poderes, que la aproximan más a una diosa que a una bruja, y emerge como la Gran Madre Kali recogiendo los huesos y las cenizas de los muertos.
En Farsalia, en vez de guiar a los suplicantes hacia el Inframundo, Erictho es capaz de rescatar seres de infierno a través de ejecuciones nigrománticas y de reanimar cadáveres que predicen los resultados de las batallas.
Se creyó que tales operaciones tenían resultados reales, y la resurrección de los muertos fue un tema discutido en círculos científicos hasta el siglo XIX.
Georg Luck afirma que el poeta Shelley leyó a Lucano junto a su esposa Mary y que este hecho probablemente derivó en la idea que ella tuvo de escribir Frankenstein.
Esta horrible hechicera tiene enormes poderes, que la aproximan más a una diosa que a una bruja, y emerge como la Gran Madre Kali recogiendo los huesos y las cenizas de los muertos.
En Farsalia, en vez de guiar a los suplicantes hacia el Inframundo, Erictho es capaz de rescatar seres de infierno a través de ejecuciones nigrománticas y de reanimar cadáveres que predicen los resultados de las batallas.
Se creyó que tales operaciones tenían resultados reales, y la resurrección de los muertos fue un tema discutido en círculos científicos hasta el siglo XIX.
Georg Luck afirma que el poeta Shelley leyó a Lucano junto a su esposa Mary y que este hecho probablemente derivó en la idea que ella tuvo de escribir Frankenstein.