Inicia en mi cabeza
una leyenda escrita en arameo
un tatuaje narrando una épica historia de caballero
tiempos de cruces y lunas
en la segunda cruzada
de espadas y lanzas rotas
de damas plañideras y hombres esperanzados
termina en la punta de mis pies,
marca también en la frente dibujos
cien mil palabras escritas desde mi cejas,
manos, abdomen, ingle, rodillas, hasta llegar a la punta de los pies
nunca se ven
amenos se observen con detenimiento,
y en épocas de luna nueva
brillan las cicatrices en un furioso brillo
presuntuoso y discreto,
pero para el que sabe observar ahí están,
contando una vida, un pasado
que no se cansa de pensar en su futuro,
es tan fácil mirar mis marcas
excepto claro las que cubre la ropa,
con más historias sobre ellas.