martes, febrero 26, 2019

¿Me ha hecho falta preocuparme para seguir vivo? ¿Me hizo falta llorar aquellas noches para estar ahora contigo?
La noche cuida a los sensibleros, a los monstruos y a los arrogantes melancólicos, benditos sean los desgraciados que están escudados bajo la armadura estrellada.
Cuando la muerte y la locura se juntan para arrancarte, parte de tu corazón y tu alma, no queman mas que despojos monstruosos de rabia de desilusiona de incapacidades para entender porque el mundo sigue extiendo.
Es Martes
Pero pudiera ser cualquier otro día
difuminado.
Pudiera ser Domingo
Pero el miércoles camina con prisas
y le gana en el último minuto.
Pudiera ser yo cualquier alma desazonada
Que pudiera volar o volver hacia no sabe dónde,
O pararse en seco en el halo celeste de la inoportunidad.
Pudiera esconderme en los mundos que deseo ver
Detestados por quienes decidieron sus invasiones.
Pudiera…
Pudiera…
Pudiera…
Ser Nada
O correr mucho
Para impedir que la Nada me agarre por detrás.
La literalidad es una forma de pensamiento mágico. ¿Quién puede creer en que las palabras nombren acabadamente las cosas, sino el creyente?
La poesía es
otra manera de amarla.
Las palabras la visten,
para enseguida desnudarla.
Se trata de un portento cotidiano,
de una simple mirada quizá,
o de esos labios omnipotentes.
La poesía es su presencia,
en ese leve cruzar de piernas;
es palpar su belleza
en plena noche, de madrugada.
Qué se siente al estar seco? Caminando desnudo bajo el sol Cada espejismo que veo es un espejismo de ti Mientras me refresco en el atardecer Pruebo la sal de mi piel Puedo recordar todas las lágrimas Todas las palabras rotas