lunes, noviembre 13, 2017

La tristeza es relativa,
no tiene forma en ningún aspecto
es algo que se siente,
cuando se ve es nostalgia,
cuando se observa es ilusión
cuando se silencia es deseo...
no, no estoy triste,
es mas allá de todo símbolo el significado
tú que sabes de amor muerte romántica,
si jamás has sucumbido al vasallaje de la amiga
ni a la espada del destino.
Vas a casa esta noche,
a tu casa de invierno,
a tu casa de otoño, de primavera y verano:
vas a casa esta noche,
a tu hogar perpetuo,
a tu lecho intemporal,
a tu sueño eterno.

Duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, duerme, y echa fuera tu pena;
duerme, amado, en la Roca del aprisco…
La sombra de la muerte
está en tu rostro, amado,
pero Jesús tiende su mano sobre ti;
en la proximidad de la Trinidad
se desvanecen tus dolores,
Cristo está ante ti y la paz está en su mente.
Duerme,
oh duerme en la calma de las calmas,
duerme, oh duerme en la guía de las guías,
duerme, oh duerme en el amor de los amores,
duerme, oh amado,
en el Señor de la vida,
duerme, oh amado,
en el Dios de la vida.
Como, bebo, duermo y sueño dolor.
Ayer acompañé a un niño hasta su tumba; hoy a un anciano.
Veo consumirse a una persona
que he llegado a amar, hermosa como el viento;
y tropiezo torpemente en el pesar que la envuelve.
Me siento con esposos enopequeñas salas de visita,
llenas de humo, analizando tus razones;
con madres deshechas, con hijos consternados.
Tu pueblo murmura en tu contra amargamente;
¿cómo puedo conducirlos?
Tus piernas —me ha dicho un médico forense—
no dejan de ser una necesaria relación
de huesos
y músculos envueltos por la piel
como un paquete de regalo.

Qué visión tan lamentable de un prodigio.

La misma que sobre la poesía tienen
algunos críticos literarios.