Un rayo de tu sol me ha alumbrado el camino
Un camino mejor que un destino un amigo
El deseo feroz de abrazarme contigo
De vida la mejor y vivirla contigo, mi amor
Un deseo, el mejor, es vivirlo contigo
De menor a mayor un millón de motivos
Caminamos los dos por un mar de motivos
Es tan bueno el calor que sale de tu ombligo, mi amor
Que no hay nada mejor que dormir a tu abrigo
Con tu amor sueño yo, y lo vivo contigo, mi amor
martes, abril 16, 2019
Ya no sé escribir, ya no sé escribir más.
La tinta me embadurna los dedos, las venas...
-en el papel dejé toda mi sangre.
¿Dónde decir, dónde dejar dicho, dónde inscribir
la pulpa del áureo fruto sino en el fruto,
la tempestad en la sangre sino en la sangre,
el árbol y el viento sino en el viento de un árbol?
¿Dónde podré decir la muerte sino en mi muerte,
muriéndome?
Lo demás son palabras...
Ya no sabré escribir nada mejor.
Demasiado cerca de la vida vivo.
Las palabras se me mueren adentro
y yo vivo en las cosas.
La tinta me embadurna los dedos, las venas...
-en el papel dejé toda mi sangre.
¿Dónde decir, dónde dejar dicho, dónde inscribir
la pulpa del áureo fruto sino en el fruto,
la tempestad en la sangre sino en la sangre,
el árbol y el viento sino en el viento de un árbol?
¿Dónde podré decir la muerte sino en mi muerte,
muriéndome?
Lo demás son palabras...
Ya no sabré escribir nada mejor.
Demasiado cerca de la vida vivo.
Las palabras se me mueren adentro
y yo vivo en las cosas.
Ya no sé escribir, ya no sé escribir más.
La tinta me embadurna los dedos, las venas...
-en el papel dejé toda mi sangre.
¿Dónde decir, dónde dejar dicho, dónde inscribir
la pulpa del áureo fruto sino en el fruto,
la tempestad en la sangre sino en la sangre,
el árbol y el viento sino en el viento de un árbol?
¿Dónde podré decir la muerte sino en mi muerte,
muriéndome?
Lo demás son palabras...
Ya no sabré escribir nada mejor.
Demasiado cerca de la vida vivo.
Las palabras se me mueren adentro
y yo vivo en las cosas.
La tinta me embadurna los dedos, las venas...
-en el papel dejé toda mi sangre.
¿Dónde decir, dónde dejar dicho, dónde inscribir
la pulpa del áureo fruto sino en el fruto,
la tempestad en la sangre sino en la sangre,
el árbol y el viento sino en el viento de un árbol?
¿Dónde podré decir la muerte sino en mi muerte,
muriéndome?
Lo demás son palabras...
Ya no sabré escribir nada mejor.
Demasiado cerca de la vida vivo.
Las palabras se me mueren adentro
y yo vivo en las cosas.
Inquieta
e incansable búsqueda tras el poema perfecto. Y una estrella, algunas
veces niña, esculpiendo frenéticamente la conjunción entre arte y vida.
Acercarse a estos poemas con una llamarada de encanto y espanto, quedar
en el refugio de sus cobijas que exhalan vida pero también, encierran
muerte.
El, Hombre poeta, Brujo, Caballero... anuncia con la palabra la oscuridad del alma, y evocando al poema maldito, instala el desencanto. Locamente su espíritu feroz transita la alquimia de la existencia, y nombrándose viajero, nos arroja a su mundo, nos invita al silencio.
El, Hombre poeta, Brujo, Caballero... anuncia con la palabra la oscuridad del alma, y evocando al poema maldito, instala el desencanto. Locamente su espíritu feroz transita la alquimia de la existencia, y nombrándose viajero, nos arroja a su mundo, nos invita al silencio.
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