domingo, junio 19, 2016

A veces el amor nos hace pensar y no racionalizar y yo digo; -porque quiero racionalizar el amor-, te amo y sé que es amor porque; siento que mataría por ti y que moriría por ti... sé que nunca es suficiente amar y que no solo es el brillo de la luz lo que encanta, si no la sustancia, a veces se es, lo buscado, otras veces uno es aquello que está destinado a ser sin importar lo que signifique eso.
 
Jugamos papeles en el cuento, somos estamentos, protagonistas o antagonistas, héroes o villanos, el papel que somos, lo debemos representar, mejorar y asumir con responsabilidad y consecuencia, yo aun no sé lo que soy, por años me considere un monstruo bueno, pero entendí que a lo mejor ni lo soy y no tengo un papel mimético tan importante, así que solo soy Mauricio, el que escribe y el que hace fotos, he considerado y me he tomado a pecho, un juramento que hice hace años, cada día intento hacerlo real y dar mi mejor esfuerzo. 
 
Es un alto papel en el tejido del universo ¿no? pero es ello, es amor lo que tengo por ti, un amor sincero, en todos sus matices y nada más puedo prometerte que haré lo posible porque la sonrisa del rostro no deje de estar y que cada lagrima sea una lagrima valiosa la existencia de una persona se mide en sus acciones, tal vez yo al final pueda ser el monstruo bueno, si te cuido, porque tu no necesitas ser salvada, necesitas alguien que te recuerde que eres la carta de la fuerza en el tarot.
A la felicidad le falta vocabulario. Como a la poesía. ¿O más bien les sobra?
Expurgo la biblioteca, no hay más remedio ante la llegada inmisericorde de tantísimos volúmenes nuevos que con uñas y dientes, más el atrevimiento de la juventud, empujan y arrinconan a los viejos. Es lo mismo que en los nichos de los cementerios, cada cierto tiempo desalojados y con los restos yendo a parar a un osario, una fosa común. En un ejemplar que sopeso, y absuelvo, Argumentos en busca de autor, de Bruno Mesa, esta frase: "Detrás del libro, atados los dos por una cuerda, suele aparecer el cadáver del autor." ¿Me perseguirá el fantasma de quien escribió alguno de estos libros de los que hoy me desprendo?
Habia olvidado que los suicidas no tienen perdon de nadie que exquisito pecado aberrante algo ingenuo y al mismo tiempo bello un beso un baile con la muerte para yacer en su cama como amante