miércoles, diciembre 21, 2016

las velas iluminan la oscuridad, el sagrado árbol verde constituye el eco de la naturaleza vibrante de la vida en medio de la muerte, y la Madre Tierra que da cobijo al Niño Sol nos recuerda que, justo cuando las cosas parecen haber perdido esperanza y apagarse, el ciclo cambia y la luz retorna.
Llega el amanecer
un loco rapsoda escribe cuentos de muerte
bebe vino y fuma cigarrillos
en sus cuentos encuentra su aliento,
es la oscuridad, la pena,
da muerte a lo amado,
mientras habla con los muertos como lo hace con los vivos,
el que nadie quiere,
 tan fracasado,
ha visto caer su mundo,
su credo y religión…
ya no puede morir
de tanto hacerlo ah olvidado la forma de la llave para dormir
por siempre
es el destinado a la soledad el loco de Dios,
 en sus poemas y cuentos,
líneas debajo de un titulo escribe abjuración barata,
solo sentimiento e infatuación catarsis,
construyendo su mundo,
tan lleno de muertos escaso de vivos,
es un hombre naciendo de la nada
dejando de ser un niño al despertar…
Esta es una digitalización de la edición príncipe de una biblia de Gutenberg, en la cual se expone el primer día de la creación, me parece rescatable revisar la imagen como introspección personal ya que somos seres de movimiento de creación constante...



LA OSCURIDAD DEL INVIERNO: EL GERMEN DEL NUEVO AÑO




De la negritud de la tierra brota la plántula de la semilla. El recién nacido abandona la oscuridad del vientre materno para nacer a la luz. Las cuevas, el útero de la Gran Madre, eran escenario de iniciaciones y ritos de paso. La oscuridad es el germen de la vida nueva.

Es por eso que en mi tradición el año comienza tras la noche más larga del año, en el Solsticio de Invierno, es la Noche Madre. Las tradiciones de herencia céltica marcan el inicio en Samhain, con la llegada de la mitad oscura del año.

Las 12 noches que siguen al solstício son consideradas especiales, pues la comunicación entre los 3 reinos (celestial, terreno e infernal) es más fluida. De hecho, en la zona montañosa del Norte de Alicante (mi tierra de origen) antiguamente se encendían animetes o palometes (lamparillas de aceite) para "dar luz" a los muertos en el Dia de Difuntos, en la Candelaria, Pentecostés y cerca de Navidad. Tal vez sea porque el Maestro Lobo (el guardián de las Puertas Invisibles según mis ancestros íberos) tiene un poco más de manga ancha esos días.


El fuego es un elemento clave en esta festividad del año. El fuego como elemento alrededor del cual se reunia la familia (calor y alimento), donde se contaban histórias y se perpetuaba así la tradición oral (a falta de televisión había que entretenerse en algo y además el clima por estas fechas solía ser muchon más gélido que hoy en día). Nuestros antepasados, viendo que el sol perdía fuerza, decidían ayudarlo a renacer enciendiendo fuegos (un ejemplo antiguo de mágia simpática), hecho que perdura en algunas tradiciones como encender leños (el tió catalan o el Yule Log de las Islas Británicas y otras zonas de tradición germánica).


Durante las 12 noches tras Yule se convocaba la Cacería Salvaje. La Dama Holda comandaba su séquito de mujeres (y Odín/Wotan hacía lo propio con los hombres), personas que iban a la batalla en espíritu, a veces bajo la forma de lobos (como en Livonia) para luchar contra aquellos espíritus que amenazaban con destruir las cosechas y así evitar que la carestía amenazase a su comunidad en el año entrante.

Por tanto puede decirse que es una buena época para toda clase de trabajos que impliquen saltar el Cerco, buscando sabiduría e inspiración de los miembros del Pueblo Invisible. trabajos de adivinación, de trance o tal vez para salir por la chimenea (cuando otros la usan para entrar) y viajar al Reino bajo la Montaña en compañía de nuestros espíritus familiares.

En la festividad de Pleno Invierno, en la Noche Madre, enciendo un tronco con símbolos protectores y runas grabados para que el fuego ahuyente las malas energías y empezar el año con fuerzas renovadas. Luego uso esas cenizas para bendecir las parcelas de tierra donde siembro mi huerto o mis plantas y los carbones los uso para trazar sellos y símbolos en diversas superficies. Frente al fuego realizo mis trabajos en el Arte, pero sobretodo doy gracias a la Madre y a mis antepasados por las cosas buenas de que dispongo y por las que me han sucedido en ese año y pido su bendición para el nuevo ciclo que comienza
 
 

La noche más larga del año

La noche más larga del año en el hemisferio norte es el día 21 de diciembre. Es precisamente en ese momento cuando empieza el año solar, que coincide con el renacimiento del sol. Desde tiempos inmemoriales se ha celebrado la festividad del nacimiento o renacimiento del sol.
Esta noche de la oscuridad, a lo largo de los tiempos ha generado multitud de mitos sobre diosas y dioses. En el mundo antiguo, los dioses y diosas de la luz nacieron durante el solsticio de invierno: La diosa egipcia Isis dio a luz a Horus cuyo símbolo era el sol con alas. Mitra, el Invencible Sol de Persia, nació durante este solsticio. También nació Amaterasu, la diosa japonesa del sol, y Rea dio a luz a Saturno (hijo del padre de tiempo). Del mismo modo que Hera concibe a Hefesto y Quetzalcoatl y Lucina ("la pequeña luz")
Lucía, santa o diosa de la Luz, se honra desde Italia a Escandinavia, coronando a niñas jóvenes con velas para guiarnos a través de la oscuridad. También se celebra durante el solsticio del invierno el nacimiento de Sarasvati, la diosa hindú de conocimientos y la Reina del Cielo. Sin olvidar la diosa nórdica de Frigga y su “rueda de fortuna”, que simboliza el ciclo de las 4 estaciones y de la continuidad de la vida. En el norte de Europa, esta noche se llama "Noche de la madre", celebrada en su honor por haber nacido de ella durante la oscuridad el joven Sol, Baldur, controlador del sol y de la lluvia. Él es quien procura la fertilidad de los campos. Desde entonces, Frigga invoca la bendición para todas las mujeres cuando se ponen de parto y se quemará esa noche una vela blanca para proporcionar un parto seguro.
La celebración cristiana del nacimiento de Cristo dentro del solsticio de invierno no es ninguna coincidencia. De hecho, la Navidad era una fiesta movible, que se celebraba en diferentes ocasiones durante el año. La decisión de establecer 25 de diciembre como la fecha "oficial" del nacimiento de Cristo fue adoptada por el Papa Julio I en el siglo IV, con la esperanza de reemplazar las celebraciones paganas del solsticio de invierno por la Natividad cristiana.
De todos modos, numerosas tradiciones navideñas actuales tienen su origen en celebraciones paganas anteriores. De hecho, el árbol de Navidad que suele estar presente estos días en muchos hogares, tiene sus raíces en la tradición pagana de traer un árbol vivo a casa para que lo que los espíritus de los árboles tuvieran un lugar para mantener el calor durante los fríos meses de invierno. Solían colgar alimentos y dulces en sus ramas para que sirvieran de comida a los espíritus, y en las extremidades colocaban campanillas. Cuando estas sonaban, eran el símbolo de que un espíritu agradecido estaba presente. Luego colocaban una estrella de cinco puntas, símbolo de los cinco elementos, y la situaba en la cima del árbol. Después encendían las velas para celebrar el nacimiento o renacimiento de los dioses.

Veneno morado
Filtro de amor,
ungüento de la ausencia,
Filtro de ausencia,
pócima de muerte.
Tengo
que invocar algo esta noche,
tan magnifico que los dioses temerán,
lo puedo hacer,
porque en mi convive el mal y el bien,
la muerte y la vida,
no tengo mas
ni un solo camino,
solo mi sangre depara el destino…

La Hoguera del fin del mundo y de esa forma logramos que la luz perdurara en la noche mas oscura