lunes, marzo 31, 2008

Güestia


Güestia
Cargado originalmente por Sir Sabbhat
Güestia

La Santa Compaña es, en la mitología popular gallega o asturiana (con el nombre de Güestia), una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos de una parroquia. Su misión es visitar todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción. El mito está presente con diversas variantes en todo el contínuum cultural astur-galaico, donde recibe otras denominaciones como Güestia, Güéspeda, Estadea, Hoste, Genti de Muerti, procesión de animas o simplemente Compaña.


Aunque todas sus versiones coinciden en considerar la Santa Compaña como una anunciadora de muerte, hay diferentes versiones.

En la mayoría de las historias la Santa Compaña realiza sus apariciones de noche, pero también hay casos en los que se habla de salidas diurnas.

J. Cuveiro Piñol, en su Diccionario Gallego (1876) escribe:Compaña: entre o vulgo, creída hoste ou procesión de bruxas que andan de noite alumeadas con osos de mortos, chamando ás portas para que as acompañen, aos que desexan que morran axiña...

En unas versiones se cuenta que la luctuosa procesión transporta un ataúd en el cual hay una persona dentro, la cual puede ser incluso la persona que sufre la aparición siendo su cuerpo astral el que está en el ataúd.

Se pueden aparecer en diferentes lugares, pero predominan las encrucijadas.

Hay fechas concretas en las que se dice que tiene más incidencia las apariciones de la Santa Compaña, como por ejemplo, la noche de Todos los Santos (entre el 1 y el 2 de noviembre) o la noche de San Juan (24 de junio).


La Güestia es un cortejo de almas en pena, que portan huesos encendidos a modo de cirios, para alumbrarse, y se cubren con sudarios blancos.
También se llama Huestia, la Buena Gente y la Santa Compaña.
Estas procesiones salen de los cementerios para ir a visitar a las personas próximas a morir, mientras caminan van tocando una campanilla y cantando una salmodia ininteligible.
Este ritual lo observan durante tres ocasiones, al término de las cuales el enfermo muere.
Quien se encuentre con la Güestia y no tenga sitio dónde ocultarse, ha de trazar un círculo en el suelo e introducirse en él. Este círculo es siempre respetado por la nocturna comitiva.
En esencia se trata de una procesión de almas en pena, difuntos que por lo mezquino de sus vidas, vagan eternamente vestidos con mortajas blancas y llevando cada uno dos velas encendidas en la mano, aunque en algunos lugares aseguran que lo que llevan son huesos presumiblemente humanos; van caminando en doble fila; también es habitual verles rondar el atrio de las iglesias gimoteando y el que va abriendo el cortejo toca en silencio una fúnebre campana

El objetivo de la güestia es evidentemente proselitista: llegar a la casa de un enfermo con mala conciencia de su vida, rodearla tres veces en completo silencio y al terminar la última, echarse a llorar amargamente, apagando las velas para que el enfermo muera de penas y pase entonces su alma a engrosar las filas de la güestia, apareciendo entonces su imagen en el ataúd que antes portaban vacío cuatro de los espectros; la ronda suele durar siete noches en las que los vivos sólo escuchan lamentos tristes y lastímeros gemidos

La güestia suele murmurar cuando ronda cerca de las huertas:

"cuando yéramos vivos, andábemos a figos,
y agora que tamos muertos, andemos por estos güertos
¡andar, andar, hasta el tueru la figar!"

y cuando alguien despistado se cruza con ella se la suele oír rechinar:

"andai de día, que la nuechi ye mía"