domingo, enero 22, 2017

Sé que no soy el primero ni el último idiota
que se juega la bolsa, la vida y el alma por ti,
el futuro contigo es seguir tu tacón de Pandora,

el presente a tu lado un pasado del que huir.

Tengo que hacer testamento por si sobrevivo
dejaré mi epitafio en tu ombligo pintado a carmín,
mi venganza es la torpe esperanza que los que han perdido,
la nostalgia es la única foto que guardo de ti.

No te voy a engañar, tengo poco que dar,
mis anhelos, mi rabia, mis fobias.
Soy un hombre normal, es la curiosidad
la que me hace perder tus formas,
la que me hace olvidar tus normas.

Eres mi fruta mortal, mi anticristo y mi diosa,
mi ascensión, mi caída, mi sombrero de espinas rosa,
mi consuelo de tontos, mi canción para sordos,
mi noche sin sal, mi tesoro en el fondo del bar,
mi armadura hecha escombros.

Sé que no soy el primer ni el penúltimo idiota
que ha intentado atrapar una sombra con un calcetín,
fui tan necio de abrir de un tirón tu cajón de Panora
y la ropa interior que olvidaste lloraba por ti.

No te voy a pedir, yo no soy de insistir,
mi riqueza es negar tus limosnas.
Ya no suelo jugar, pero quiero apostar
todo al número impár de tus botas,
todo al rojo Channel de tu boca.

Eres mi viuda formal, alfiler de mariposa,
virgencita lasciva, San atea, miss mantís religiosa,
mi consuelo de tonto, mi canción para sordos,
mi estatua de sal, mi tesoro en el fondo del bar,
mi castillo hecho escombros,
mi armadura en mil trozos.
Se enciende el ojo para atrapar los últimos recuerdos
las imágenes me han de llevar a una cima triangular
cuya punta se bebe antiguos ocasos que no volverán.
La niebla empuja tus más oscuros presentimientos
que acorralados ascienden por mi escalera interna
para caer sobre mi abismo circular.
Tus fantasmas caen sobre mi cuerpo.
y yo me daré cuenta de que el amor es un fraude
y el mundo es tan grande cariño
que no cabe en tu sujetador
y yo que ayer quise ser ángel
y hoy me he vuelto un demonio
y yo me escondo en los cuadros de tu habitación
y cada vez que me muero
nos entierran a los dos
y si te das por vencida

Estallaron las bolas de cristal
y al futuro se le olvido andar y
no te has enterado de que esta vida
no se puede rebobinar
cuantos cuellos se han roto al mirar atrás
cuanta ropa tendida cayo al mar
y tu en el aeropuerto preguntando ¿salen vuelos a nunca jamás?
en el aeropuerto preguntando ¿salen vuelos a nunca jamás?
en el aeropuerto preguntando ¿salen vuelos a nunca jamás?
en el aeropuerto preguntando ¿salen vuelos a nunca jamás?
No soy precisamente perfecto
ni ejemplar en nada.
Todo lo contrario, ya lo sabes.
Pero te quiero
tanto que tengo fundadas esperanzas
de mejora, gracias a ti, mi estremecida
y agraciada garza, o ninfa.

Creo que tu amor, mi amor,
es el único poema que escribo,
y me proporcionas sustento
a base de cosas sencillas,
que se van haciendo poesía
y enamoramiento.
Eres tú lo único bueno
que ocurre en mí.
Sin ti me quedaría en blanco,
o en un gris desahuciado.
No se trata de una manera de vivir,
es la vida. Tú: mi orden, mis venas, mi paisaje,
mi pulso, mi equilibrio, mi deseo.
Tú: mi vida. Ese aire
que danza en tu pelo, esas flores
de magnolio que brotan en tu pecho
-y que yo inspiro a corazón abierto-,
esas alas de tus manos
donde vuelo hacia tus sueños.
Y a tu paso los tilos
te ofrecen sus primeras hojas,
y yo ando embebido
en tus zapatos planos de charol negro,
o en esos ojos de mis besos.
¡Qué vértigo de felicidad es todo
cuando es contigo, en ese cuerpo
donde escucho a Dios y donde se mece el alma!