En el espejo mi sustituto se peina el flequillo hacia los lados
nos separa la imperfección acumulándose
hinchando la lengua las astillas que arrancamos a la máscara
esa costumbre tan tonta de querer a ratos
Fundido en negro mi sustituto navega tus caderas
apuntalando dudas cuerpos blandos fosforescen manchando las sábanas
bajo las uñas la carne roja ante la posibilidad del orgasmo
huele a moho la libertad de soñar
sólo los valientes escapan necesitando piel