domingo, marzo 11, 2018

Eterna juventud, esa época de tu vida donde abrazas la música radicalmente. Esos años donde te haces socio de una tribu urbana y la acoges frenéticamente, hasta el extremo, en plan hooligan futbolero o yonki terminal. Yo siempre he sido siniestro, tribu oscura también conocida como dark, o gótica. Y como buen gótico lo era con todas sus consecuencias: uñas pintadas de negro, cabello encrespado, creepers con hebillas, crucifijos y amor incondicional por Siouxsie, Rozz Williams, Eduardo Benavente y Robert Smith. Luego supuestamente maduré( siempre fuimaduro) y enseguida cambié sin pestañear el negro por una camiseta mas punk y menos friky y abracé el indie pop con la misma pasión. Eso sí, pese a los constantes cambios de onda musical la música dark nunca me ha abandonado. Quizás porque detrás de toda la parafernalia asoman hits inconmensurables y canciones imbatibles de esas que nunca te abandonan. Pero la verdad es que siempre seré un frikaso post punk.