Te marchas dejando aire de esperanza en esta vida cansada
siento que tengo que esperar
pero no conozco la virtud de la paciencia
prefiero arrebatarme a los encantos del suicidio
así como arrebataba con pasión la ropa sobre tu pecho
esas ausencias saben tan bien
es un dulce de almendras amargas
en la copa de acero toledano,
un horror desnudo asiduo a engancharse
con cadenas al piso
se arrastra el alma insufrible del espectro
nacido en el 18,
nunca se me dio bien el esperar
no tengo motivos para postrarme como
el busto de Lucifer arriba del pórtico de tu recuerdo
observando pasar el infinito observando
¿cómo te vas?, sin que yo pueda morirme un poco.
¿no eras veneno y dolor, aclamabas por el desgane y dañabas con la mirada?,
que triste tu mentira, que desilusión mi vida,
porque me hallo en este lugar y no tener ninguna pareja para bailar
me hace un árbol viejo
que se enamora de la piedra,
son mis colmillos de la tarántulano me los arranquen nunca
es todo muy extraño
vinculado con objetos
con cosas estamos embrujados o algo
en contra de nuestra voluntad
sigo mirando y escuchando
la voz que me habla de tus deseos yo tan afuera de ellos
tu pidiendo salve lo que amas porque soy el mejor
pero jamás mejor para estar a tu lado,
en enero que es perfecto para auto compadecerme,
pude ver tus lágrimas pidiendo no se muera,
se confundían con las mías bajo la cortina de los celos
asesinándome, durante el grito desesperado que no quisiste escuchar
ya quisiera yo no ser una tarántula sin colmillos
condenada a fallecer y que alguien no quisiera mi muerte,
ya lo sabes te ayudare incondicionalmente porque yo si cumplo mis promesas,
no soy un mentiroso escondiéndome bajo el miedo
te contare después si es que sobrevivo
como duele te arranquen la esperanza,
se volverás cuando necesites que te acaricié la espalda
pobre cachorrito indefenso ya no siento la compasión que me hacía sentir lo mismo que a ti
ahora tengo lastima y me hace sentir mejor a ti
yo acepto mi jodida soledad, mi muerte
no temo morirme salvando lo que amo
ni pido la limosna que tu reclamas,
me rio en silencio y espero…se
volverás, y a las tarántulas le crecen los colmillos
no pudo matarme tu jodida mentira,
tampoco lo hará el hambre
y cuando vuelvas morderé tu mano
mi veneno te hará recordar
todo aquello que jamás tendrás.