Ya me gustaría,
pero lo mío es tan poco, tan nadería,
que nadie se pierde nada.
Un tipo sentado en un sillón
del cual lo que más llama la atención
son sus zapatos rojos, eso sí, a juego
con esa estupenda encuadernación
de los "Ensayos" de Montaigne.
Ahí, en esa quietud del sábado
y de su luz. Pues eso,
que apenas tengo nada que decir.
del cual lo que más llama la atención
son sus zapatos rojos, eso sí, a juego
con esa estupenda encuadernación
de los "Ensayos" de Montaigne.
Ahí, en esa quietud del sábado
y de su luz. Pues eso,
que apenas tengo nada que decir.