domingo, diciembre 31, 2017

Y si te digo que mi amor por ti opaca al amor que tiene Lanzarote por la reina Ginebra y si te digo que la Amiga de Ivayn tiene celos de la forma en que te amo, y si te digo que incluso Sir Orfeo no haría las aventuras que yo hare por tu amor, y si te expreso que el amor que tiene Tristan por la reina Iseo, palidece ante el amor que te tengo... que sucederia? Acaso el mundo elige? O somos nosotros? Y no comprendo como es que estas allí tan lejos si tu estas en mi corazón...
Voy a hilvanar agua y barco
con los últimos resquicios de tu voz
para calmar esta locura.
Me pregunto si así podré
traer tu corazón de vuelta…
con su inconfundible sonido a mar.
Pacto

1. Robar del aire las maldiciones que un esquizofrénico lanza a sus demonios


y transformarlas

Ordenando a esos burlones del abismo

que no lo devoren por rutilante

y en cambio se vuelvan una jauría de cautivos

velando por su causa.
2. Introducirse en el sueño de un trabajador que descansa de su esencia

y llevarlo a la senda que se abre desde la punta

hacia el paraje en contradicho.
3. Ser el personaje principal de aquel escritor sentado en la butaca

que ambiciosos está

tramando la historieta que cambiará la vida en el próximo segundo.
4. Ver la geometría en los ojos del saltimbanqui mientras realiza malabares con cuchillos

y coger ese corazón latiendo de delirio

y sustraerle un extracto libertario.
5. Raspar del almanaque los signos de este siglo

y no darle importancia a los días o a sus nombres.
Así quedará nuestro pacto

Y seguiremos atentos a murmullos que se escondan en las zonas del olvido.

Anotaremos el juramento en paredes y ventanas.

Rociaremos de alabanzas a nacientes entidades

y reviviremos los secretos que estén sobrepuestos a la carga.
Queda establecida la consigna

no volveremos a ver la ronda

con recelo en la mirada.
La idea de la catábasis al inframundo y la anábasis o resurrección aparece inmersa, desde la más remota antigüedad, en el marco de las
creencias funerarias de casi todas las civilizaciones del mundo. Desde que el hombre fue hombre, es decir, desde que adquirió la facultad de reflexiona
r sobre su propia existencia y tuvo conciencia del hecho de la muerte, necesitó, primero, enterrar los de spojos mortales de sus seres queridos, después,
honrar los lugares funestos o de enterramiento de los personajes notables con monumentos de entidad sobresaliente, como fueron, por ejemplo, los dólmenes y, más tarde o al mismo tiempo, alimentar la esperanza de una pervivencia en el
más allá, ante la evidente descomposición de la persona física.
La categoría de deidades de vida, muerte y resurrección es un método práctico de clasificar a las muchas deidades de las mitologías y religiones del mundo que nacen, sufren la muerte, un eclipse u otra experiencia similar al fallecimiento, pasan una fase en el inframundo entre los muertos, y luego renacen, ya sea literal o simbólicamente.
Entre los dioses que podrían incluirse en esta categoría están Osiris, Adonis, Tammuz, Fénix, Jesucristo u Odín. Las diosas que entraron al reino de los muertos y volvieron incluyen a Inanna (también conocida como Ishtar), cuyo culto se remonta al 4000 a. C., y Perséfone, la figura central de los misterios eleusinos, cuyo culto puede datar del 1700 a. C. como la diosa sin nombre adorada en Creta.
Históricamente, esta categoría ha estado más fuertemente relacionada con dos enfoques diferentes del estudio de la religión. El primero, que podría etiquetarse de «naturalista», busca explicar estos mitos en términos de paralelismos con procesos naturales. El segundo, que podría llamarse «interior», busca explicarlos como transformación espiritual individual.
Para la Física el tiempo es la duración de un fenómeno, el tiempo es un concepto que manejamos diariamente. Sin embargo, los científicos todavía no se ponen de acuerdo en qué es. Pero el tiempo es mas humano, es mas tangible, es mas social, en un principio fue la forma en como decir, cuando era momento, para cosechar, sembrar, sacar de los establos al ganado, o volverlos de vuelta, incluso fue la forma de contar las veces que la luna aparecía, y saber el momento en el cual el frio venia o el calor o la lluvia, es tan básico esto que no nos percatamos que el tiempo es como en este universo una maquina nación del hombre… he de allí los atados a esto, hombres tal cual, a mi me gusta siempre recordar a Alejandro, el que jamás media su vida en días, la media en eventos, estamos condenados a una sociedad donde cada cierto momento pasamos un año mas de vida… es un momento, pero existen mas momentos los momentos que nos hacen mas grandes, los que nos cambian o los que nos acercan a ser aquello que debemos hacer... no creo en que se va a ir un año o que vendrá otro… el espiral sigue, el circulo se completa, vivimos en la madeja de hilo y poco a poco seremos parte de ella , en medio de todos los nudos, dejaremos de creer en el tiempo.