domingo, junio 07, 2020
Huir
Huir,
una escapada sin final, un azul que se convirtió en negro, ausencias,
luces apagadas y mi alma queriendo gritar ¿dónde está el sol cuando no
entiendo nada? minutos que se hacen horas, horas que se hacen días,
capítulos de una serie que me perdí a mitad. A mitad de un cielo sin
estrellas, de una luz apagada, de un millón de noches sin dormir.
El oficio del Pellar
El
oficio del Pellar, un término propuesto por algunos como proveniente de
“repeledores del mal”, hace referencia a una mujer sabia y un hombre de
astucia del Antiguo Camino en la práctica de su oficio, que abarca
paganos cristianos en prácticas mágicas y ceremoniales tradicionales.
De protección mágica de maleficios, o de “deseos que enferman”, de
curación y exorcismo de la maldición, liberando personas, ganado,
lugares y objetos; haciendo adivinaciones, amuletos y conjuros con
espíritus. Es un arte de doble filo; el conocimiento y la capacidad de
realizar maldiciones y la habilidad para repelerlas
un dios salvaje
Si
bien es cierto que Un dios salvaje comparte con la película de Buñuel
la incapacidad casi sobrenatural de los personajes de escapar de esa
situación, el peso del texto de Yasmina Reza, acá no tan adaptado como
trasladado a la pantalla a cuatro manos entre Polanski y la propia Reza,
termina imponiéndose al violentísimo nonsense de El ángel exterminador.
Lo cual no sería un problema si hubiera en la película de Polanski la
idea de reinterpretar o apropiarse del material o, al menos, la
intención de exponer su origen teatral
Los deseos y los temores
Los
relatos que tienen que ver con el demonio o la brujería me gustan mucho
porque hablan de los deseos y temores de la gente, que se manifiestan
mediante eventos sobrenaturales; en ese sentido se pueden considerar
literatura fantástica, aunque no reúnen todas las características de ese
género
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