sábado, marzo 11, 2017

Regresa Proserpina
Sube esa escalera Proserpina, recuerda volver con las sonrisas, las alegrías que los muertos queremos, recuerda mis besos, llévate mi corazón para que encuentres el camino de vuelta, esperare en las sombras, tus miradas, tu calor, tu vida, que convierte al Orco en un reino de verdad, de vivos, vuelve…
Un esqueleto es la punta del iceberg de la historia de un individuo, una momia es la totalidad del iceberg de la vida de este individuo…, se puede llegar mucho más al fondo de las cosas
LA PUTA.- Me hice puta para no dormir sola. Mi angustia le cuesta
muy cara a los hombres. Pagan porque saben que les amo con locura
y que estaría dispuesta a morir por cada uno de ellos. Saben que
siempre estoy a punto de matarme. Llaman al día siguiente para
asegurarse de que lo he hecho, pero al escuchar mi voz pagan otra
noche más por la moribunda. Les digo: te quiero. Te quiero. Y de
nuevo se hunden furiosamente en la agonía y en la obsesión.
Después yo duermo, como si me llenaran poco a poco de agua
templada. Ellos se quedan por si me entran ganas de morirme y me
muero. Desde que me hice puta puedo soñar que tengo una mancha
amarilla y caliente en la nuca: es el sol, es un sueño precioso. Antes
no soñaba. Desde que me hice puta me gusta el invierno porque las
noches son más largas y así reviento de amor durante más horas y
me calientan la nuca más soles. Me regalan cuchillos, tijeras,
espadas, cordones de seda, vidrios rotos, serpientes. La ofrenda ya
me llega a las rodillas. Es imposible entrar en mi alcoba sin herirse
con algún filo o algún veneno. Aún así no dejan de entrar. Y yo me
enamoro. Creo que soy rica. Si lo hiciera gratis a nadie le importaría
mi pasión ni mi vida. Y dormiría muy sola. Hasta que me hice puta
con la rapidez del que corre al retrete aguantando los orines. No soy
bella. Desde que me hice puta y pagan por mirarme mientras sufro,
me he convertido en la mujer más bella del mundo.
Dolorosa, Angélica Liddell (Fragmento)