lunes, octubre 30, 2017
Durante mucho tiempo se ha dicho que el cabello de una mujer es la
gloria que la corona. De hecho, a lo largo de la historia, el pelo ha
constituido siempre un importante símbolo cultural de la feminidad. En
el arte medieval, las imágenes icónicas con el pelo largo y fluido
pueden expresar la sexualidad, y el corte de pelo de una mujer a menudo
indica su mal comportamiento femenino. Artistas de todo tipo en la Edad
Media usaban el cabello largo de la mujer para manipular a su audiencia
con respecto a la consideración de sus figuras femeninas. Este trabajo
de carácter interdisciplinario explora el significado de cabello de la
mujer en la literatura y el arte de la época medieval, situando en su
correspondiente contexto histórico las formas en las cuales el cabello
participa de la construcción de la identidad femenina.
Yo nací de las cenizas del reino del desamor
como un príncipe torpe de cuento de hadas me caí
No pase el amor
en esta tierra de fuego y reptiles
la flor más noble de las rosas del infierno
tocó el viento de montaña
este poema aislado de tus ojos vigila
el arroyo obscuro en el paraje de los álamos
el fino dolor de la conciencia polvorienta de los caminos
ardiendo la pólvora del amor,
inmersión de la lluvia en zanjas de agua
el corazón esmeralda de la lluvia para la mujer
echada en un terciopelo de flores extrañas
balada en la boca del abismo
como un príncipe torpe de cuento de hadas me caí
No pase el amor
en esta tierra de fuego y reptiles
la flor más noble de las rosas del infierno
tocó el viento de montaña
este poema aislado de tus ojos vigila
el arroyo obscuro en el paraje de los álamos
el fino dolor de la conciencia polvorienta de los caminos
ardiendo la pólvora del amor,
inmersión de la lluvia en zanjas de agua
el corazón esmeralda de la lluvia para la mujer
echada en un terciopelo de flores extrañas
balada en la boca del abismo
¿Y a la noche vamos a pedirles nosotros que nos deje dormir? Es en la
falta de oscuridad cuando ocurren las cosas que nos preocupan, que nos
aterran, pero también nos fascinan. Es el frío entrando por los
recovecos de las casas y la niebla subiendo de la tierra aparentemente
seca.
Pero somos nosotros los que abrimos los ojos cuando la luz se va. Cuando nadie queda en las calles para contemplarnos, allá estamos nosotros mirando a través de nuestras ventanas. Cuántas veces no me habré sorprendido mirando las luces filtradas a través de las ventanas de las casas a altas horas de la madrugada, y me habré encontrado pensando por qué se mantenían despiertos tan tarde.
¿Por qué? A veces, pongo a la noche en duda..
Pero somos nosotros los que abrimos los ojos cuando la luz se va. Cuando nadie queda en las calles para contemplarnos, allá estamos nosotros mirando a través de nuestras ventanas. Cuántas veces no me habré sorprendido mirando las luces filtradas a través de las ventanas de las casas a altas horas de la madrugada, y me habré encontrado pensando por qué se mantenían despiertos tan tarde.
¿Por qué? A veces, pongo a la noche en duda..
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