Algunos obituarios son historias de amor.
Mientras otros cuentos de dolor.
Otros inspiran poetas.
Algunos deprimen a los frágiles.
Son susurros afilados, son tan intensos que duelen y tan bellos que emocionan, susurran, hablan y recitan lamentos.
¿Que muchos despreciaban a los mounstros? ¿Que no los apreciábamos? Eso no era lo importante. No estaban aquí para ganarse la aprobación de los mezquinos y los ruines.