martes, septiembre 27, 2016

hijo de su misma muerte,

gestado en la aridez de sus escombros—

siente que su fatiga se fatiga,

se erige a descansar de su descanso

y sueña que su sueño se repite,

irresponsable, eterno,

muerte sin fin de una obstinada muerte,

sueño de garza anochecido a plomo

que cambia sí de pie, mas no de sueño,

que cambia sí la imagen,

mas no la doncellez de su osadía

¡oh inteligencia, soledad en llamas!

que lo consume todo hasta el silencio,

sí, como una semilla enamorada

que pudiera soñarse germinando,

probar en el rencor de la molécula

el salto de las ramas que aprisiona

y el gusto de su fruta prohibida,

ay, sin hollar, semilla casta,

sus propios impasibles tegumentos.

¡Oh inteligencia, soledad en llamas

que todo lo concibe sin crearlo!

Finge el calor del lodo,

su emoción de substancia adolorida,

el iracundo amor que lo embellece

y lo encumbra más allá de las alas

a donde sólo el ritmo

de los luceros llora,

mas no le infunde el soplo que lo pone en pie

y permanece recreándose a sí misma,

única en Él, inmaculada, sola en Él,

reticencia indecible,

amoroso temor de la materia,

angélico egoísmo que se escapa

como un grito de júbilo sobre la muerte

— oh inteligencia, páramo de espejos!

helada emanación de rosas pétreas

en la cumbre de un tiempo paralítico;

pulso sellado;

como una red de arterias temblorosas,

hermético sistema de eslabones

que apenas se apresura o se retarda

según la intensidad de su deleite;

abstinencia angustiosa

que presume el dolor y no lo crea,

que escucha ya en la estepa de sus tímpanos

retumbar el gemido del lenguaje

y no lo emite
No te sientas triste si personas queridas de tu corazón eligen no despertar en esta vida. Respeta su divinidad y honestidad en el conocimiento de que no es tu responsabilidad ni derecho intentar cambiar su elección de seguir durmiendo.
Después de una vida en el Espíritu, ellos reencarnarán en un mundo de tercera densidad con otra oportunidad para ver la Luz y evolucionar espiritualmente; y, como Almas independientes pero inseparables que ustedes todos son, durante el tiempo de sueño de sus cuerpos tendrán reuniones con su gente amada en lugares donde tu y su vibración, lo permitan.
Un puñado grande de arena o sal
Una vela o lamparilla blanca
Un vela o lamparilla naranja
Un vela o lamparilla roja
Un recipiente de barro
Un puñado de hojas romero y de hiedras muy trituradas
Alcohol
Cerillas de madera

Ariadna Dea lunae Reginae caeli et stellarum mysteria. Ego te hodie, in corde tuo, et accersi voco viribus ad nos perueniat. Qui enim animam ratione. Et dabo tibi animam totius mundi.
Quaeso ad hoc tempus quod virtute industriaque expandit trans fluctus et circuli vestri error. Orationes aliquas et verba mea hac.
Quaeso mihi meisque pro viribus nostris a nobis nihil impedit gaudere in corde tuo. Per hoc sacrificium humilitatis, obsecro nobis pugnam custodies te ab omni re potest nocere providimus animabus nostris, cut vias nostras, et irrita faceremus nobis errores
Infiernos en miradas vacías
tan llenos de la nada ignorante
reclutadora de silencios
amorfos y sin calor
y nada es suficiente ni un fin o un principio,
sólo es necesario para ver la totalidad de la vida
mirarla como mortal,
yo moriré, tú morirás hasta el sol se apagara
¿cómo podríamos amarnos si no fuera así?
Del color de la muerte

Ojos del color de la muerte
Que en el tiempo se han detenido
¿Era así como debió pasar?
Yaces inerte en el suelo frío
Y el brillo de tus ojos en opaco se ha convertido.

Labios del color de la muerte
Que tu rostro ha deformado
Estas rígida, como cuando me educabas
Y un hilo rojo recorre tu cara blanca
Y un océano emana de tu pecho destrozado

Tu cuerpo del color de la muerte
Lagrimas recorren mis ojos
Y se confunden con el río de sangre
La locura invadió mi cuerpo
Y exploto en tu persona matándote.

La vida del color de la muerte
Doy media vuelta y me siento en la cama
No hay perdón para lo que acabo de hacer
Tocan desesperadamente la puerta
Pero ya es tarde, ahí yace sin vida mi madre Ojos del color de la muerte
Que en el tiempo se han detenido
¿Era así como debió pasar?
Yaces inerte en el suelo frío
Y el brillo de tus ojos en opaco se ha convertido.

Labios del color de la muerte
Que tu rostro ha deformado
Estas rígida, como cuando me educabas
Y un hilo rojo recorre tu cara blanca
Y un océano emana de tu pecho destrozado

Tu cuerpo del color de la muerte
Lagrimas recorren mis ojos
Y se confunden con el río de sangre
La locura invadió mi cuerpo
Y exploto en tu persona matándote.

La vida del color de la muerte
Doy media vuelta y me siento en la cama
No hay perdón para lo que acabo de hacer
Tocan desesperadamente la puerta
Pero ya es tarde, alli yace sin vida mi madre
Guardián del punto preciso
en que a los mantos de la Nada
se ha hilvanado el Universo:
¡Despierta mi voluntad!
Y antes de lanzarme al viaje,
dale a mi antorcha apagada
la luz de flama dorada
que es tu creatividad.
Con el ímpetu que exprimo
de los vientos, yo te invoco:
a mi Círculo Sagrado
¡Ven, señor del plenilunio!.
Para en acto de Alta Magia,
concederle la belleza
del pétalo, a la aspereza
de mi cardo, el infortunio.